Biopelículas
producidas en Química
ayudan a combatir erosión
El
profesor Nazmy Reyes, junto a los estudiantes que participan
del proyecto, Andrés Iturra, Alejandra Vergara
y Irina Urtubia.
En
dos sectores de la Ruta del Itata se está probando
un novedoso producto que ha permitido detener la degradación
de los suelos.
El
producto -una película impermeable, que permite
aminorar los impactos de la lluvia y viento sobre la estructura
del suelo- ha sido desarrollado a través de un
proyecto del Fondo Regional de Innovación, que
dirige el investigador de la facultad de Ciencias Químicas,
Nazmy Reyes.
La
investigación surgió a partir de una serie
de estudios dedicados a la reutilización de desechos
forestales, específicamente el aserrín,
en los que han participado alumnos de las carreras de
químico analista, ingeniería química
e ingeniería forestal, a través de sus trabajos
de titulación.
Estos
estudios estaban encaminados a cambiar la estructura química
del aserrín para mejorar las propiedades adhesivas
de sus partículas. Con el aserrín modificado
comenzó la experimentación con desechos
líquidos y materia orgánica -ambos residuos
de la agroindustria- que sometidos a reactivos, forman
un licuado. Con la acción de la luz solar, se transforma
en un gel, que es lo que se aplica al suelo, como una
suerte de estuco.
Nazmy
Reyes señala que la característica
química del aserrín modificado en conjunto
con información biológica, química
polimérica, química del suelo, química
de compuestos y factores ambientales permite desarrollar
una variedad de productos para aplicaciones específicas
entre ellas, las biopelículas. Este producto
obtenido empleando información biológica,
química de polímeros, química de
compuestos y características ambientales dice
el investigador- se puede considerar como una capa orgánica
aplicable para tratar suelos deprimidos o erosionados.
Los
resultados obtenidos en la carretera han superado las
expectativas de los investigadores. Además de soportar
las lluvias de los últimos meses, han permitido
el crecimiento de plantas, que también ayudarían
a detener la erosión, algo no previsto en la investigación.
Reyes
aventura nuevas aplicaciones como revestimientos, promotores
de fertilidad para suelos de baja calidad, absorbentes
y biofertilizantes, productos cuyas materias primas (desechos
silvo-agro-industriales) representan un costo simbólico,
dijo.
Bajo
esta premisa, la obtención de compuestos aumenta
el valor agregado de desechos que por lo general, generan
un impacto ambiental negativo o son necesario onerosos
procesos para cumplir normativas ambientales, antes de
su eliminación, afirma.
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