Al
finalizar el Consejo Académico en que se dio cuenta
de la operación en la Bolsa Electrónica
(información de la portada de esta edición)
por la cual se había colocado exitosamente un bono
securitizado de 2 millones de UF en el mercado, luego
de un largo y exhaustivo análisis de las finanzas
de la Corporación, el apoyo fue unánime.
La Universidad había sorteado con éxito
un difícil escollo y se preveían días
más tranquilos. En los hechos, durante los primeros
24 meses de gracia, en que sólo se pagaran los
intereses, el pago mensual que se efectuará por
servicio de la deuda bajará sustancialmente.
Uno
de los comentarios de los decanos resume en cierto
modo- el sentir de la mayoría. Es lo mismo
que subirse a un avión, uno confía en que
el piloto sabe volar, explicando la sensación
de embarcarse en un sistema que hasta ahora- era
altamente desconocido en el medio académico.
Este
camino según dicen los medios de comunicación-
será explorado por otras universidades del Consejo
de Rectores. Sin embargo, hay que tener presente que la
solución encontrada por las autoridades de nuestra
casa de estudios, a los problemas de la Universidad de
Concepción, no contradice de manera alguna-
la necesidad que la sociedad chilena y el Estado, en particular,
definan qué tipo de universidades quieren para
el país y el financiamiento que se les otorgará.
La
crisis por la que atraviesa el sistema exige una solución
de fondo, que no obligue a las universidades a dedicar
energías a solucionar los temas de financiamiento
que deben ser una prioridad nacional.
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