Presidenta
de CNT inaugura año
académico de Ciencias Sociales
La
presidenta del Consejo Nacional de Televisió, Patricia
Politzer, se refirió a la realidad actual de la
televisión chilena.
El
instinto básico por la información, ese
fue el tema central que Patricia Politzer, presidenta
del Consejo Nacional de Televisión, presentó
a los alumnos y académicos de la facultad de Ciencias
Sociales y de la Universidad.
Tras
una intensa semana (los 50 años de la escuela de
Periodismo de la Universidad de Chile y la entrega de
los estudios sobre Reality Shows del CNT) Politzer dictó
la clase inaugural en la facultad “que ha tenido
un peso histórico en el desarrollo académico
y cultural de nuestro país y donde también,
hace medio siglo, se iniciaba la enseñanza del
periodismo”, señaló.
Recordó
su vida universitaria, “para traer a la memoria una
época en que la información era un bien
muy preciado, un bien que se buscaba activamente en diarios,
libros y revistas, y que nos ayudaba a entender la realidad”.
Una realidad difícil, sigue la presidenta del CNT,
una realidad muchas veces desgarradora, pero que se explicaba
con bastante precisión gracias a la ideología
que a cada uno le acomodaba y le permitía sentirse
parte activa de la sociedad que se construía.
A
partir de 1990 vivimos una revolución de proporciones,
asegura Politzer. A juicio de muchos analistas, se trata
de una revolución tanto o más importante
que la revolución industrial, una revolución
marcada por el desarrollo de las telecomunicaciones y
de las nuevas tecnologías que están a disposición
de la comunicación entre los seres humanos. Una
revolución que está creando la llamada Sociedad
de la Información, cuyas características
aún no imaginamos en su totalidad.
Aludiendo
a la labor de la televisión dice que no es casualidad
que entre los 20 programas más vistos de la semana
siempre haya más de un 80 por ciento de programas
producidos en Chile. Y respondiendo sobre la calidad,
dice “hay de todo, desde reality shows hasta grandes
reportajes, pasando por noticieros, teleseries, concursos,
programas de conversación” y el factor común
entre todos ellos es que sus contenidos traen información
que podemos compartir y “que es útil para
comunicarnos”.
Ese
factor explica también la proliferación
de canales de televisión con producción
propia hasta en las comunidades más pequeñas.
El CNTV hizo un primer catastro el año pasado y
contabilizó 94 canales locales en todas las regiones
del país. Un tercio son canales de televisión
abierta y la mayoría sólo se recibe a través
del cable. “¿Qué transmiten? Una gama
de programas tan amplia como los canales nacionales.
De
una u otra manera, tanto los programas precarios de la
televisión local como aquellos más vistos
de los grandes canales, hablan de nosotros o de ese mundo
que hay detrás de la colina, pero visto con ojos
como los nuestros”.
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