Rafael Figueroa
La responsabilidad de ser universitario
Se
define como un enamorado de la Universidad de Concepción.
En todas las esferas donde ha participado, el sentimiento
por su alma máter realza su actividad, fortaleciéndolo
para cumplir sus obligaciones y dejar algo más
entre los que lo rodean, ya que ser egresado de la Universidad
es todo un desafío.
Rafael
Gustavo Figueroa Pozo, sociólogo de 33 años
y actual director regional de Servicio Nacional de Capacitación
y Empleo (Sence), ingresó en 1988 a
estudiar Historia y Geografía, ya que la carrera
que hoy ejerce se encontraba cerrada por la realidad
política de la época, como lo manifiesta.
Desde
sus primeros pasos por el Foro y el Campanil, buscó
curtir su espíritu por la cosa pública,
participando como vocal académico de la Fec el
89, y como vicepresidente entre el 90 y el
92.
Posteriormente,
se matriculó en Sociología cuando cursaba
cuarto año de Historia, egresando en 1997. A partir
de esa fecha, comenzó a forjar su vida profesional
como consultor, docente y desde octubre pasado, como director
del Sence regional.
Casado
con Ana Luisa Guzmán, padre de Isidora y Benjamín,
de 4 y 3 años, respectivamente. Figueroa, reconoce
el honor de ser exalumno y dirigente estudiantil
de esta casa de estudios, ya que siempre quise ingresar
aquí y ser sociólogo, viviendo las enormes
posibilidades que me entregaba el mundo universitario.
-¿Cómo
se retribuye su experiencia estudiantil en su vida profesional?
Haber
sido alumno y dirigente te permite la capacidad de relacionarte
con cualquier tipo de personas, desde tus propios compañeros
hasta las más altas autoridades. Asumir estos roles
y responsabilidades, desarrollan en ti una amplitud de
criterio y experiencias vivenciales que nunca se olvidan.
Cuando te propones objetivos más altos en tu vida
académica, puedes conseguir una formación
integral que rendirá frutos, como en mi caso, ser
el primer representante de los alumnos en el Consejo de
Decanos, en la época de Augusto Parra, me ayudó
a fortalecer mi personalidad y vocación.
-Al
poseer un amplio conocimiento de la Universidad, tanto
como alumno, dirigente y docente, y en relación
directa con las políticas de capacitación
desarrolladas en su actual cargo, ¿cuál
es la principal forma de enlazar las universidades, el
gobierno y la enseñanza de segundo ciclo, en el
objetivo último de fortalecer la educación?.
Crear
una nueva forma de extensión universitaria, tal
como lo realiza hoy la U. de Concepción, porque
vincula a los centros de formación superior, con
su misión y desafíos, con la educación
tradicional.
Además,
en estas políticas el Estado se hace partícipe
en el traspaso de nuevas tecnologías de carácter
social, las que ligan las necesidades modernas del ser
humano, como son la superación de la inseguridad,
temores, consumismo y falta de socialización.
Existe
la máxima que la educación es el motor del
progreso de un país, por lo que si no existen actores
preparados en potenciar las tecnologías blandas,
como se le llama al liderazgo estratégico o la
planificación, es imposible pensar en el crecimiento.
El
trabajo conjunto de estos tres eslabones permitirá
formar nuevos espacios, generar habilidades y destrezas
en la gente.
-¿Cómo
se pueden enlazar estas instancias?
Formando
redes de acción y consenso. Reconocer las diferencias
que existen en cada sector, pero buscar los principales
alcances de los grupos participantes, conseguir proyectos
en conjunto que determinen una visión como país,
independiente a las coyunturas políticas que puedan
marcar un distanciamiento en la forma de actuar.
-Según
la visión de sus años de universidad, ¿cuál
es el compromiso que notó antes, y que ahora se
puede retomar o fortalecer para cumplir esta tarea educativa?
La
U. debe tener la capacidad de escoger y formar nuevos
líderes para el país. Ahora se viven otros
tiempos, donde se necesita ser proactivo y no reaccionar
a una causa como cuando yo era estudiante.
Nuestra casa de estudios le ofrece un sinfín de
posibilidades a los jóvenes que deben tomar para
robustecer su formación. La posibilidad de realizar
extensión, accionar social y académico,
es una ventana imposible de cerrar.
Pedro
Bárcena González
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