En
este mes de noviembre hay al menos dos hechos de mayor
relevancia para el desarrollo y el futuro de nuestra Universidad:
el estudio de los Estatutos y la Junta General de Socios.
Por
una parte, está en marcha la reforma de los Estatutos
de la Corporación. Como se recordará, hace dos meses se
dio inicio formal al estudio del actual cuerpo que nos
rige desde 1989, dándole a la comisión integrada por académicos,
administrativos y estudiantes que se formó un mandato
amplio que incluía la revisión del cuerpo legal y de las
propuestas surgidas del claustro triestamental de 1997.
Este documento –que se incluye en una separata en esta
misma edición- comienza ahora su proceso de discusión
en los diversos estamentos de la comunidad universitaria.
El miércoles, el Consejo Académico fue convocado especialmente
para conocer el informe. El itinerario considera un tiempo
de análisis y discusión en las facultades para recoger
los puntos de vista de los diversos sectores interesados
en contribuir al perfeccionamiento de la norma estatutaria.
Atendidas las inquietudes, el proyecto de nuevos estatutos
requiere la aprobación del Consejo Académico y del Directorio
para ir a la Junta de Socios. Los estatutos aprobados
se envían al ministerio de Educación, que tiene 60 días
para formular observaciones y, si las hubiere, la Universidad
tiene 30 días para reflejarlas en el documento respectivo.
Esto se une la realización los días 14 ó 15 de noviembre
de la Junta de Socios que deberá elegir cinco nuevos directores
de la Corporación y conocer la memoria el balance correspondiente
al año 2001.
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