Pablo Aguilera
“Desde el liceo soñaba con la U”
Luego
de 17 años ininterrumpidos en Radio Pudahuel se ha convertido
en el dueño indiscutido de las mañanas. Pablo Aguilera
Parotto (casado, 6 hijos, 4 nietos) es un periodista y
locutor que ha ganado fama y popularidad sin perder la
calma ni ahogarse en los elogios de auditoras en "La
mañana de Pablo Aguilera".
Su
trayectoria es bastante más amplia y se inicia en la Universidad.
En su oficina repleta de fotografías, galardones y diplomas,
recibe con afecto y dispuesto a los recuerdos.
Su
padre era ferroviario y destinado a la tercera zona de
Talca a Temuco. Por ello estudió y vivió en distintos
lugares. En 1958 llegó a Concepción al Liceo Enrique Molina.
Ya entonces soñaba con la Universidad de Concepción. Ingresó
en 1960 a Derecho. Paralelamente se desempeñaba como locutor
en Radio El Sur. En segundo año se casó y se dedicó sólo
a la radio y en 1965 comienza sus estudios de Periodismo.
Trabajaba entonces en Radio Almirante Latorre, pero se
traslada a Santiago donde revalida y se titula en la Universidad
de Chile.
-¿Qué
recuerdos tiene de la U?
Los
recuerdos más lindos de mi vida universitaria, la cercanía
con las personas que participaban de esa vida, los grupos,
las cabañas, en fin. Una Universidad especial, como pocas.
Esa vida no se podía comparar con Santiago donde la Universidad
estaba más alejada de todo, más desordenada, era otra
cosa.
-¿Cuándo
inicia el camino hacia la popularidad de hoy?
Mi
primer trabajo en locución fue en Radio Corporación que
tenía entonces, en 1969, un tremendo auditorio. Yo no
tenía a la locución como el gran objetivo de mi vida profesional,
sin embargo, eso se fue dando, me fue bien, encontré buenas
respuestas, fui disjockey y animador de programas juveniles.
Y por supuesto me sirvió ser periodista, razón por la
cual evité todos aquellos conflictos que se daban y se
dan en torno a ambos oficios.
-¿En
qué radios trabajó?
En
Radio Chilena, Minería, Nuevo Mundo, Cien y desde hace
17 años en Radio Pudahuel, que hace conmigo la primera
experiencia en FM en directo. Me explico, hasta entonces
las radios FM se basaban en música envasada y poca voz.
Nosotros rompemos y marcamos un estilo: abrimos la FM
al público y no nos ha ido mal. Por el contrario.
-¿Los
auditores llaman y le cuentan su problemas?
Los
auditores hombres y mujeres llaman y conversan. Es un
adulto de 25 años hacia arriba, que quiere ser escuchado
frente a problemas que le agobian, le incomodan, le inquietan.
Algunos son terriblemente complicados, otros escabrosos,
pero la idea es la de un amigo que te escucha y responde,
pero sin vender pomadas, ni recetas, ni soluciones, sólo
escuchar. Soy un oidor, una oreja. Eso me gusta y siento
la confianza que depositan. Más aún cada día es distinto,
aún cuando los problemas son siempre los mismos, el abandono,
la soledad, las malas relaciones de pareja. Hago comentarios
de espectáculos en el noticiero central de Chilevisión.
Es mi especialidad y a lo que me dedicado siempre. En
este canal ya había estado cuando era Canal 9. Luego trabajé
en TV Nacional entre los años 75 y 84 e incluso leí noticias.
-¿Qué
tal la radio como medio para que un periodista joven se
desarrolle?
Algo
negativo en el periodismo hoy es la sobreabundancia de
profesionales que forman las universidades y el riesgo
que muchos de ellos se vean frustrados de ejercer por
no tener un cupo donde hacerlo. Lo positivo del periodismo
es que te da una gran audacia, que te permite meterte
en muchas cosas, en producción, programación, en fin.
La radio es un medio que espera a los jóvenes profesionales
para enriquecerse de sus aportes, hay un campo que estudiar
y ampliar en música, programación, en temas más emergentes.
La radio es un medio fuerte, que se defiende bien porque
es creíble.
Mónica Silva Andrade
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