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SAB, en el camino de la diversificación
Dos
nuevos productos ha desarrollado este año el equipo de
investigadores que lidera Dieter Klattenhoff (facultad
de Ingeniería) a través de un proyecto Fondef de transferencia
tecnológica. La iniciativa está orientada a traspasar
al sector privado los conocimientos para producir un polímero
superabsorbente (un granulado capaz de almacenar varias
veces su peso en agua y liberarla gradualmente al medio),
obtenido en un primer Fondef (1999-2001), también a cargo
de Klattenhoff.
La primera etapa de la transferencia se centró en el plan
de marketing, donde se consideró producir el SAB, sobre
la base de la planta piloto instalada en la primera iniciativa,
y establecer vías para su comercialización. Así, el año
pasado, al amparo de la Empresa de Servicios Tecnológicos
de la Universidad, se produjo la primera aplicación del
SAB: el Happy Flower, un polvillo que se agrega a la tierra,
en suelo o macetas, para mejorar las condiciones de humedad,
permitiendo además espaciar el riego de las plantas hasta
en 15 días.
El
producto está siendo comercializado en jardines, desde
Arica a Osorno, y en una cadena de tiendas presente en
varios puntos del país, algo que –a juicio de Klattenhoff-
es uno de los logros más importantes del proyecto. Este
año se crearon el Super Compost, una mezcla de tierra
vegetal y SAB, lista para la plantación, y el recuperador
de césped Nueva Vida, un producto de última generación
que permite restaurar, en poco tiempo y en cualquier época
del año, prados sin necesidad de quitar el pasto dañado.
Los
productos –que tienen la capacidad de retener por más
tiempo la humedad y los nutrientes- están introduciéndose
al mercado, a través de promociones en jardines de San
Pedro. En forma paralela, los investigadores se encuentran
desarrollando el proyecto de ingeniería para una planta
industrial. “Está todo listo para montar una empresa...sólo
falta conseguir el capital”, dice Klattenhoff.
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