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 Javier
San Miguel, coordinador nacional de Educación Rural
del ministerio de Educación.
El
Campus Chillán es el soporte ideal para liderar
una red de instituciones, cuya misión será la educación
y capacitación permanente de la población joven
y adulta del mundo agrícola, señaló en su visita
a la sede el coordinador nacional de Educación Rural,
Javier San Miguel.
La
Universidad tiene experiencia en esta línea, con
la conformación de las redes metalmecánica y maderera.
Incluso, la primera es una experiencia piloto a
nivel nacional, a partir de la articulación que
ha logrado la facultad de Ingeniería con el CFT
de Lota y el Instituto Virginio Gómez.
La
idea de la red agrícola es similar: una articulación
que pueda traducirse en que un alumno de un liceo
agrícola pueda insertarse en un centro de formación
técnica y de ahí pasar a un instituto profesional
e incluso llegar a la universidad.
Javier San Miguel encabezó el encuentro de conformación
de la red que integrarán universidades, institutos
profesionales, centros de formación técnica, liceos
técnicos e instituciones de gobierno y del sector
privado de la provincia de Ñuble, en el marco del
programa Chile Capacita. San Miguel también confirmó
el interés de hacer un trabajo integrado entre las
regiones séptima y octava. De concretarse una iniciativa
de ese tipo el marco presupuestario podría llegar
a los 1.500 millones de pesos
.
“Esto efectivamente apunta a la libertad del individuo”,
señaló el director general del Campus Chillán, al
reflexionar sobre el impacto esperado de esta iniciativa
en el mundo rural. Alejandro Santa María hizo presente
que el interés en este proyecto se basa en el rol
social de la Universidad y en la misión de educar
y capacitar de modo pertinente a un mundo que se
está despoblando.
Santa María confirmó que paralelamente el ministerio
de Agricultura y el Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (IICA) están trabajando
en un programa de agricultor profesional y que en
esa línea, la segunda quincena de septiembre llega
un experto del IICA en educación agrícola, que asesorará
la estructuración del proyecto.
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M+s información
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Investigadoras
exploran nuevos cultivos
Susana
Fischer, en el invernadero donde experimentan
con cultivos de Limanthes alba, planta
conocida como Meadowfoam, originaria del
norte de California y sur de Oregon que
se utiliza para cosméticos, lubricantes
y detergentes.
Con
el apoyo de la Fundación para la Innovación
Agraria que financia un proyecto por 140
millones de pesos, un grupo de investigadoras
de la facultad de Agronomía explora en
el rubro de oleaginosas, como una forma
de darle continuidad a los agricultores
y a la industria que trabajaba en el raps
y la maravilla, cultivos que tenían una
amplia superficie en las regiones octava
y novena y dejaron de ser rentables, después
que quedaron fuera del sistema de protección
de bandas de precios.
El proyecto se extiende hasta el 2005
y contempla traer especies con demanda
conocida en la industria y la cosmética,
ver su adaptación y cómo se insertarían
los aceites que extraigan en los mercados
extranjeros.
Pronto comenzarán con cultivos de primavera
de cufea (cuyo aceite es usado para dentríficos
y jabones) estoquesia (cosmética) y crambe
(lubricación de motores).
Hace
un mes Susana Fischer y Marisol Berti
viajaron a Estados Unidos, donde además
de detectar oportunidades de negocio y
ver cómo trabajan los diferentes rubros,
constataron la forma en que operan los
productores.
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