Biblioteca Central abre estanterías a los alumnos
Como parte del proyecto Mecesup, la Biblioteca Central
y algunas de las periféricas, presentan innovaciones que
van en busca de una mejor atención de los estudiantes.
Estanterías
abiertas y nueva señalética forman parte de algunas
de las transformaciones en la Biblioteca Central.
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Esta
semana debuta en la Biblioteca Central un nuevo sistema
de consulta de textos. Como parte del proyecto Mecesup,
en marcha desde 1999, la Biblioteca abrió sus estanterías
a los alumnos, quienes desde ahora, contarán con mayor
autonomía para revisar los libros de su interés.
Una modificación revolucionaria que, según el director
de Bibliotecas, Dieter Oelker -quien deja el cargo hoy
para retomar su cátedra en la facultad de Humanidades
y Arte- redundará en una nueva forma de asumir el estudio.
“Lo que queremos con las estanterías abiertas es que los
estudiantes, que reciben la bibliografía obligatoria en
sus programas de asignatura, no pidan los textos en el
mesón, sino que vaya a los estantes, ahí se van a dar
cuenta que al lado del libro que le ha indicado el profesor
pueden haber más sobre el mismo tema. La idea es que tengan
acceso a otras fuentes de información que complementen
las que ha seleccionado el profesor. En ese momento se
puede producir un diálogo informado (con el profesor)
a partir de otras fuentes de estudio”.
Cerca
de 100 mil libros de consulta frecuente de la sección
Circulación fueron puestos dentro de este sistema, que
demandó una importante inversión por concepto de instalación
de sensores en cada texto, además de la puesta en marcha
de un circuito cerrado de televisión para el control del
adecuado uso del servicio, que fue instalado la semana
pasada junto con la señalética que facilita la identificación
temática de los distintos pasillos.
“Es una inversión importante y tenemos que ver ahora si
resulta lo que esperamos, que los estudiantes quieran
venir a la biblioteca a informarse, y que se produzca
un efecto de diversificar las fuentes de información de
las cuales quiere disponer el alumno”, señala.
En esta perspectiva, Oelker anunció que dentro de los
planes inmediatos está considerada la implementación,
en la Biblioteca, de un laboratorio computacional, para
que los estudiantes puedan acceder a bases de datos, libros
electrónicos, etc. El laboratorio ocupará los espacios
liberados de la antigua Sala de Arte y se espera utilizar
en él los últimos recursos del proyecto.
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