Con
la concreción del tratado de asociación entre Chile y
la Unión Europea, a nuestro país se le abre un mercado
aproximado de 370 millones de habitantes. Sin embargo,
este acuerdo no sólo nos debe entregar beneficios en el
plano económico, sino que también cultural, social y académico,
permitiéndonos relacionarnos con destacadas casas de estudio
europeas, potenciando aún más el ya existente intercambio
académico y la realización de diversos proyectos y programas
interdisciplinarios.
Estar
alerta ante estas nuevas posibilidades es la misión de
una institución como la nuestra, universidad compleja,
de gran tradición y, al mismo tiempo, dispuesta a asumir
los desafíos de la modernidad globalizadora.
Adhiriendo
a esta posibilidad real de afianzar a nuestra casa de
estudios en el contexto internacional, así como de mejorar
el nivel y preparación de los docentes y alumnos a través
del intercambio universitario, la Universidad creó el
Programa de Estudios Europeos que ayer tuvo como tema
de conferencia inaugural los desafíos y perspectivas que
presentan para Chile y Europa este tratado de asociación
de nuestro país con la Unión Europea.
Sin
embargo, pese a la pertinencia de este programa con la
contingencia nacional, no hay que olvidar que la relación
de nuestra casa de estudios con otras europeas y de distintas
partes del mundo es una realidad ya existente, y que en
más de alguna ocasión ha mostrado sus destacados frutos.
En ese contexto, el Programa de Estudios Europeos viene
a confirmar la capacidad visionaria de esta Universidad
que, manteniendo su tradición en Concepción, ha sabido
mirar hacia otros horizontes que le permitan el intercambio
y el crecimiento tanto de la institución como de sus académicos
y alumnos.
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