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83 años de tradición y modernidad
“¡Lo que se dice patria grande en Concepción!”
Aclarando
no estar sobre ese escenario como docto (“nunca
lo fui”), sino como escritor y –singularmente- como
poeta, el Doctor Honoris Causa Gonzalo Rojas, dictó
su clase magistral. “No me funciona la nostalgia,
pero se entenderá la conmoción de estar aquí. De
lo que sí estoy cierto es de que ya no podré volver
a una opción tan honrosa como ésta en ningún otro
mayo delantero, ni mucho menos en el próximo siglo”.
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Incorregible
en su mirada abarcadora, cargada de la memoria de otras
épocas en esta casa de estudios, Rojas tituló su lección
“América es la casa: palabra de poeta” en algo que llamó
un “ejercicio de desvarío”. “América -nuestra América-
es la casa, una casa hermosa y dolorosa, una de las regiones
más antiguas y maltratadas de la historia y la vamos haciendo
y deshaciendo con las tablas al hombro”.
Agregando
que son los pensadores y los poetas los que cuidan esa
casa (como dijera Heidegger: la palabra es la casa del
ser), fue recordando memoria a memoria lo que han sido
los encuentros sucesivos de escritores y pensadores, nacionales
e internacionales, en “cada enero ardiente del 50 y del
60 del siglo anterior”.
“Si
hay Universidad en nuestra América que haya apostado al
diálogo constructivo y disidente al amparo de la imaginación
y del coraje, del rigor y la lucidez, ésa es la nuestra”.
Algo del mito lloró en esos bellísimos eneros de los que,
dijo, ya no hay vestigio. Pero, agregó, mejor es centrarse
en la palabra viva de cuatro figuras cardinales de la
poesía iberoamericana, ateniéndose a la palabra poética
“por ser la más enigmática, que exige hermenéutica mayor”.
Por
eso, centrado en la poesía que, como el oráculo de Delfos
no dice ni oculta sino que señala, para hablar de la casa
que es América prefirió a Borges, Huidobro, Vallejo y
Paz; quienes hicieron “la lengua creadora en América,
singularmente en la literatura de ideas”.
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