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Inserto crítica y creadoramente
en su propio ámbito cultural
El
presidente de la Academia Chilena de la Lengua,
Alfredo Matus, recibió oficialmente a Mauricio Ostria
como académico correspondiente en Concepción.
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En
un muy emocionado discurso, Mauricio Ostria agradeció
a Dios, a su ciudad nortina, a la sombra altiplánica de
su padre y a su familia, desde el detalle más pequeño
del Norte chileno a la patria grande latinoamericana;
comenzando así, de manera poética simple y a la vez profunda,
a mostrarse como un nuevo miembro en Concepción de la
Academia Chilena de la Lengua.
“Ya ven ustedes que soy un sentimental irremediable”.
Y continuó por ahí agradeciendo a las universidades que
lo han acogido, a “esta Universidad de Concepción tan
querida”, a todos los formadores desde su juventud, a
sus colegas “de aquí y allá, especialmente a los del departamento
de Español que cumple 50 años de existencia; a mis alumnos,
especialmente a ellos, a quienes van destinados mis esfuerzos
ya que, si no, vanos serían mis conocimientos”.
Citando
a Octavio Paz en eso de “soy hombre, también soy escritura
y en este mismo instante alguien me deletrea”, inició
Ostria su conferencia Ficcionalización de lo oral en la
literatura hispanoamericana como expresión de lo identitario.
En
la charla reflexionó en torno a la realidad latinoamericana
(“en América Latina nunca fuimos realmente modernos sino
medianamente modernizados”), bordeó el fenómeno de la
globalización, la identidad y manifestó su preocupación
por la actual pérdida de confianza en la obra literaria
o artística como objeto de valor privilegiado.
Tomando
como referencia a diversos autores como Arguedas, Rulfo,
Cortázar o Roa Bastos, se refirió también a la transculturalidad,
heterogeneidad y discontinuidad de la literatura latinoamericana,
que se transforma en un eficaz instrumento en la creación
de la conciencia local.
Llamando a leer de nuevo los signos de la naturaleza recordadno
aquello que dijo Barthes (“leer es encontrar sentido”),
Ostria concluyó señalando que “esta forma de diálogo con
el texto y con la cultura no sólo da el placer de leer,
sino que permite insertarnos crítico y creadora en nuestro
propio ámbito cultural”.
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