Nasa y Universidad estudian fenómenos solares
La
foto corresponde a una visión pictórica del efecto del
viento solar sobre el campo magnético terrestre y de cómo
éste adquiere una forma que recuerda a los cometas (la
magnetósfera).
Hace
40 años se descubrió que la tierra está inmersa en un
medio llamado plasma, formado por electrones, iones y
otras partículas muy energéticas procedentes del Sol.
Este plasma se extiende por todo el espacio interplanetario
y se le conoce como viento solar, la atmósfera extendida
de la estrella más cercana a nosotros.
Consigo
arrastra el campo magnético solar e impacta nuestro planeta
a varios millones de kilómetros por hora. Bajo su efecto,
el campo magnético terrestre se deforma creando un escudo
conocido como magnetosfera, que nos protege de este viento
y de las radiaciones solares y cósmicas.
Sólo
un pequeño porcentaje de la energía del viento solar traspasa
el campo magnético terrestre. Pero la energía que logra
penetrar es suficiente para crear brillantes auroras en
las zonas polares y poner en peligro muchos de nuestros
recursos tecnológicos como transmisiones de radio, televisión
y comunicación satelital en general e incluso ocasionar
serios problemas en los servicios de urgencia y medios
de transportes marítimos.
El
viento solar es estudiado por un grupo de académicos de
la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad
junto al laboratorio de Física Extraterrestre de Nasa,
Goddard Space Flight Center. Este es un proyecto de colaboración
científica internacional financiado por Fondecyt y apoyo
extranjero. Este grupo de investigadores analiza los datos
recogidos por satélites de exploración solar y realizan
complejas simulaciones computacionales, publicando sus
resultados en revistas y congresos internacionales de
la especialidad.
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