El
rector Enrique Molina Garmendia quedó enormemente influido
por los campus de las universidades de los Estados Unidos
en los cuales predomina el espacio abierto, por oposición
al estilo europeo en que los edificios dan cabida a patios
interiores entre los edificios.
Entre
las impresiones de sus viajes en 1918 y 1919 sobresale
el impacto que le causaron los campaniles de varias universidades;
posteriormente, viaja a Europa y en sus recorridos por
diversas universidades refuerza su concepción de la ciudad
universitaria, proyecto que se comienza a materializar
con el plan del austríaco Karl Brunner que hacía que los
edificios y calles convergieran en la plaza donde se levantó
predominante el Campanil.
Hasta
la elección de David Stitchkin, en 1956, el plan Brunner
sigue en ejecución y es el nuevo rector quien propone
al Directorio la contratación de Emilio Duhart para revisar
el plan Brunner, que con los años estaba siendo superado,
y propusiese una nueva ordenación de espacios con miras
a un futuro crecimiento.
El
elemento más importante del nuevo plan regulador de Duhart
fue el Foro Abierto, o Plazas Centrales, ubicado en el
mismo lugar de la plaza de Brunner, al pie del Campanil.
Este espacio simbolizaba la reforma universitaria propuesta
por Stitchkin. En la idea de Duhart esta plaza marcaba
el límite entre la antigua y la nueva universidad, a la
vez que remarcaba la idea de un lugar de encuentro para
toda la comunidad universitaria.
La
inauguración mañana de la Plaza del Estudiante es la concreción,
45 años después, de este proyecto que había quedado inconcluso
y que al restituir la cualidad original del foro considerando
las tres plazas: la hundida, la a nivel y la elevada,
retoma con fuerza la idea original de ser centro de gravedad
de la Universidad.
|