Expertos
del Iica participaron en
seminario sobre biotecnología
El
decano de Ingeniería Agrícola, Fernando Reyes; Enrique
Alarcón, director del área Ciencia y Tecnología del Iica;
Raúl Cerda jefe de carrera de la facultad de Agronomía;
Ruben Pérez, decano de Medicina Veterinaria, y Rodrigo
Artunduaga, consultor del Iica.
Expertos
del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura,
Iica, ofrecieron en el Campus un seminario sobre biotecnología
y la situación de Latinoamérica y el Caribe en la investigación
y preparación de profesionales en esta área.
Enrique
Alarcón, colombiano, director del área Ciencia y Tecnología
del Iica, explicó que la idea es apoyar y facilitar un
diálogo sobre la aplicación de la biotecnología, como
una herramienta fundamental para producir más alimentos
y de mejor calidad.
Si
bien admitió que en la opinión pública hay un fuerte grado
de suspicacia y rechazo a la manipulación genética, planteó
que precisamente el desafío es garantizar un desarrollo
científico que reduzca los riesgos al mínimo.
Rodrigo
Artunduaga, experto en bioseguridad y consultor del Iica,
expuso aspectos relacionados con la ética y la posición
de los científicos respecto a los alcances de la biotecnología.
En
su charla dio a conocer que la producción transgénica
ha tenido un crecimiento extraordinario, partiendo en
1996 con 3 millones de hectáreas (en China) hasta llegar
a 49 millones en 1999. Más del 50 por ciento de la producción
de este tipo corresponde a soya resistente a herbicidas.
Otros
aspectos importantes del seminario se refirieron a la
información de los consumidores, a la necesidad de formar
profesionales que investiguen en sus países de origen
y al requerimiento de una reglamentación estandarizada.
Sólo
33 estados en el mundo poseen regulaciones sobre la materia.
La principal herramienta internacional que regula la situación
de los Ogm (Organismos Genéticamente Modificados) es el
Protocolo de Bioseguridad (enero del 2000), en el marco
de la Convención de la Diversidad Biológica, que apunta
al control el uso, manipulación y transporte transfronterizo
de estos productos.
En
Chile, además de este protocolo, el tratamiento de los
Ogm se regula a través de la Resolución 1.927. de 1993,
del Servicio Agrícola y Ganadero (Sag), sobre Normas y
Regulación de Liberación de Transgénicos, basada en el
decreto de Sanidad Vegetal Nº 3.557: la Ley de Bases del
Medio Sanitario.
Desarrollo
impredecible
Sobre
la manipulación genética en la agricultura aún no hay
nada concluyente y es probable que pase mucho tiempo hasta
que exista una posición definitiva sobre el tema, dijo
el decano de la facultad de Agronomía de la Universidad
de Concepción, Fernando Bórquez.
El
académico dijo que si bien en Chile hay algunas experiencias
de plantas modificadas, que han sido provistas de genes
ajenos que le otorgan propiedades y características superiores
a las que tenían originalmente, se trata de iniciativas
experimentales, poco difundidas y producto de años de
investigación.
Para
el decano de Agronomía una variable determinante en la
expansión de los alimentos transgénicos es la disposición
de la población hacia su consumo.
Explicó
que, a pesar que el comercio de estos productos ha aumentado,
existe por otra parte una corriente de hábitos alimenticios
que se impone con gran fuerza en Estados Unidos y Europa,
que demanda alimentos naturales producidos a través de
cultivos orgánicos. Para esa corriente, la manipulación
genética es inaceptable. En consecuencia, dijo, el mercado
juega un rol importante. Si la demanda aumenta puede que
los alimentos transgénicos se masifiquen, o viceversa.
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