Versión para imprimir

Panorama en PDFEn PDF
Requiere Acrobat Reader

Contáctenos

 

Optimizado para Explorer 4 o superior y resolución de 600X480

nro 419   Jueves 6 de septiembre de 2001

PORTADA   • 
EDITORIAL  • 
TITULARES  • 
AGENDA   • 
lt.jpg (933 bytes) BUSCAR   • 
ANTERIORES   • 
EQUIPO   • 
CONTACTO  • 
 
 

 

 

 

 

  • EXALUMNOS

Olimpia Riveros Ravelo
Una universidad profundamente humanista

El tema educacional, por su importancia, exige analizarlo en su integridad, inserto en un plan de desarrollo nacional, porque efectivamente hay crisis y grave.

Contrariamente a su imagen pública, Olimpia Riveros Ravelo (separada, tres hijos) vicepresidenta nacional del Colegio de Profesores, por sobre la política era la pedagogía, el teatro, la literatura y la locución lo que más le apasionaba en la vida, la que, sin embargo, la condujo por otros derroteros. Esas aficiones se despertaron y desarrollaron como alumna de la facultad de Educación donde estudió Pedagogía en Español. Sus tres hijos, una bioquímica, una asistente social y un ingeniero civil, son todos profesionales de nuestro plantel. Su cargo gremial le impone pasar la mayor parte de la semana en Santiago y viaja a impartir sus clases en la Escuela nº 2, República de Brasil, a donde se reintegró en 1990 y donde utiliza -confiesa- el teatro como recurso de enseñanza- aprendizaje.

-Llegó a estudiar en una época inolvidable, se iniciaba la década del 60.

-Una época intensa y rica, de apertura al debate de grandes ideas, de escuelas de verano gigantescas que organizaba mi profesor Gonzalo Rojas. Tiempos donde la palabra solidaridad se concretaba en acciones, como las que realizaba la Fec con motivo del terremoto de 1960 y en el Liceo Nocturno para Trabajadores que el propio Centro de Alumnos de la Facultad administraba y donde hice clases cuando tenía 18 años.

- ¿Qué otros profesores tuvo?

- Gente maravillosa y de excelencia como Luis Muñoz, Alfredo Lefebre, Juan Loveluk, René Cánovas, Fresia Fierro,Galo Gómez, Isaura Mendoza, Jaime Giordano, quien se iniciaba, Gastón von dem Busche y el padre Amadeo Luco, quien nos hacía latín y lingüística, ramos complejos. Ese fue un equipo excepcional. Como alumna tuve dos vínculos, dos fuentes importantes, uno en a Facultad con ramos comunes con gente de Historia, Inglés, Francés Historia y otro en el Hogar Los Tilos donde llegué a vivir y donde mi círculo de amistades se amplió al ámbito científico. La Universidad, en resumen, me lo ofreció todo. Además que fui de aquellas privilegiadas que estudié gratis, algo que las nuevas generaciones, no pueden creer. Además en una universidad de excelencia, profundamente humanista.

- ¿Cómo ingresa a la radio?

- Venía de San Fernando, de un hogar modesto, y tenía necesidades, es así como entré a la radio Simón Bolívar, algunas horas y después a la Radio de la Universidad de Concepción que fue mi escuela de locución y donde aprendí y observé lo que era la tolerancia que el plantel siempre propició y que no dejo jamás de reconocer. Los centros de alumnos de las distintas facultades teníamos media hora en la radio, para decir y expresar lo que nos parecía útil, con una tremenda libertad. La locución es algo que me sigue apasionando.

- ¿ Qué sucedió con la política?

- No fue determinante en mi época de estudiante. En realidad, la política fue producto de todo un proceso. Me casé en 1964 y empezaron a nacer mis hijos. Sólo obtuve mi título en 1970. Desde 1965 ejercí en el Liceo nº 3, Lorenzo Arenas, donde estuve por largos años hasta 1986 cuando fui exonerada.

- ¿La combativa dirigenta surge tras su exoneración?

- Si alguien me hubiera dicho vas a ser dirigenta. No lo hubiera creído jamás, no me veía como tal ni siquiera me imaginaba, pero hay experiencias que marcan como lo fue el golpe militar cuando observas que se desmorona todo a tu alrededor, que tus compañeros no vuelven, que se han muerto, que hay una organización deshecha, la de los profesores. Entonces, casi sin darse cuenta, uno siente que hay que colaborar, hay que recomponer para cambiar un estado de cosas. Surge la coordinadora de profesores, que antecedió a la Agech y que se incorpora luego al Colegio de Profesores. Estábamos movidos por fuertes convicciones y sentíamos una responsabilidad ética. Cuando recuerdo esa etapa, pienso que fui una patuda o quizás fue la inocencia perdida de algo que uno no había vivido jamás y que no imaginaba como sería.

- Usted está en la cúpula de una organización poderosa. ¿Cómo observa la educación desde ella?

-Yo soy también profesora, no he dejado de ejercer. Acepto el calificativo de poderosa para nuestra organización, en el sentido que como Colegio de Profesores nos hemos constituido y hemos logrado ser reconocidos como una voz con plenos derechos, que ejercemos con clara autonomía, que entregamos opinión pública no sólo acerca de nuestras legítimas reivindicaciones, sino que en amplios espacios y temáticas sobre los cuales se nos consulta.

- En cobertura educacional Chile está bien, el gran tema continúa siendo la calidad de la educación que se entrega.

-No estoy de acuerdo en eso, tenemos las deserciones y ese es un tema delicado que es necesario tratar, abordar, corregir. Niño o niña que por efecto de la pobreza deja la educación su reinserción es muy difícil, casi imposible. Tenemos, por tanto, que erradicar el trabajo infantil. Un reportaje hace pocos días nos mostraba a esa niña encantadora e inteligente del estrecho de Reloncaví, que ganó con sus preguntas un concurso y le hizo la entrevista al Presidente Lagos. Esa pequeña, admite su familia, no continuará estudiando porque tiene que ir a trabajar. Con sexto básico será empleada. Estamos de acuerdo, como colegio, en que todos deben tener doce años de educación, como base. Para llegar a ello falta bastante.

Mónica Silva Andrade

Panorama en Internet  ®     

   volver al inicio de página

[Portada]
[Editorial] [Titulares] [Agenda]
[Buscar] [Anteriores] [Equipo] [Contacto]

Universidad de Concepción

® Universidad de Concepción
Dirección de Relaciones Institucionales
Oficina de Comunicaciones