Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 414 

JUEVES 2  DE AGOSTO DE 2001

----------------------------------------------------


Anunciamos
Titulares
N£meros Anteriores
Buscar
Editorial
Acreditación del pregrado
La búsqueda del mejoramiento para responder a las necesidades del medio

* Asegurar la calidad es tarea tanto de la propia institución como de sus miembros; una comisión o agente externo sólo puede apoyar el proceso.

Angelo Cortelazzo, vicerrector de Pregrado de la Universidad Estadual de Campinas, quien se refirió a la realidad brasileña en torno a la acreditación.

Una de las características principales del sistema chileno de educación superior es su diferenciación; sin embargo, éste carece de elementos significativos que permitan poder evaluarlo bien, por ello es necesario un estricto programa de acreditación. Es dentro de ese contexto que se enmarca el interés de la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado, dependiente del ministerio de Educación, por establecer los estándares mínimos que deben lograr las distintas carreras para ser acreditadas.

Estructura de un Sistema de Regulación

Programa

· Lograr garantía pública
· Criterios estándares nacionales e internacionales
· Autoevaluación
· Evaluación externa

Institución
· Mejoramiento
· Propósitos declarados
· Autoevaluación
· Auditoría académica

Para Iván Lavados, presidente de esta comisión que ya tiene dos años de trabajo, las lecciones de la experiencia indican que asegurar la calidad es tarea tanto de la propia institución como de sus miembros; una comisión o agente externo sólo puede apoyar el proceso, aseveró. "Es importante la participación de todos los actores, de manera de aprovechar los elementos de la tradición que existen sobre este tema".

Lavados fue uno de los participantes en el seminario-taller sobre acreditación organizado por el programa de Calidad Institucional de la Universidad, al que asistieron decanos, vicedecanos, directores de departamentos y jefes de carrera. Los otros expositores fueron María José Lemaitre, secretaria técnica de la Comisión Nacional de Acreditación del Pregrado, y Angelo Cortelazzo, vicerrector de Pregrado de la Universidad Estadual de Campinas, quien se refirió a la realidad brasileña en torno a este tema.

Tres preguntas

La Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (Cnap) fue constituida por un decreto ministerial en el marco del Mecesup; por lo tanto se trata de un organizamo asesor del ministerio de Educación y está integrada por 15 académicos de distintos ámbitos institucionales y profesionales que participan en ella a título personal. Esta comisión opera con autonomía con respecto a esa secretaría de Estado y a las instituciones de educación superior; un compromiso del Mineduc asegura su autonomía.

Las funciones de la Cnap son llevar a cabo procedimientos experimentales de acreditación, así como preparar y proponer un sistema permanente de acreditación.

La secretaria técnica de esta comisión, María José Lemaitre, se refirió al proceso de aseguramiento de la calidad, señalando que existe una serie de conceptos de uso indistinto y que, realmente, son cosas diferentes: acreditación, evaluación y ajuste de calidad.

"El corazón del sistema de aseguramiento de la calidad es la evaluación, y de ahí es importante la recolección y análisis de la información; así, se evalúan los insumos, procesos, resultados, entre otros. También es importante evaluar y validar externamente los propios mecanismos de autorregulación".

Lemaitre agregó que la evaluación necesita de cambios que demuestren un resultado, ya que la acreditación da garantía pública, entregando información al público, a los usuarios y a los mismos gobiernos.

A juicio de la secretaria técnica de la Cnap, son tres las preguntas que se necesitan responder: ¿cuál es la situación actual? (para lo cual se debe realizar un análisis institucional, autoevaluación y evaluación externa), ¿cuál es la situación deseada? (propósitos y fines, así como definición de calidad) y ¿qué camino seguir? (lo que involucra gestión del cambio, planificación y control + seguimiento).

"La calidad no es un concepto unívoco, debido a sus múltiples definiciones. La Cnap habla de dos elementos: convergencia externa; es decir, cómo una carrera se ajusta a las necesidades del medio, y consistencia interna; es decir, cuál es el alumno que se espera formar dentro de la institución. Esa definición debe conocerla toda la comunidad académica".

Control y seguimiento

Apoyo explícito y compromiso auténtico de las autoridades, liderazgo y competencias, recursos adecuados y motivación interna, son los prerrequisitos necesarios para un proceso efectivo de autoevaluación.

Por otra parte, como condiciones necesarias para la autoevaluación, Lemaitre mencionó la necesidad de patrones claros de evaluación (misión y criterios); equipo de conducción del proceso (comité de autoevaluación) que facilite y promueva en todo momento la participación activa de los integrantes de la unidad; información sustantiva y válida, así como capacidad de análisis de la misma, y un proceso orientado necesariamente hacia el mejoramiento.

Una segunda etapa en un proceso de autoevaluación tiene que ver con el control y seguimiento. Lemaitre señala que, como consecuencia de ello, hay cosas que inmediatamente mejoran, lo que hace entrar en un proceso más complejo de implementación.

La experiencia brasileña
Vox Populi Vox Dei

En Brasil existe un sistema de acreditación dependiente del ministerio de Educación que tiene la atribución de hacer variaciones en todos los niveles de enseñanza de ese país. Angelo Cortelazzo, vicerrector de Pregrado de la Universidad Estadual de Campinas, explica que todas las universidades brasileñas tienen la autonomía de decidir su currículo y el desarrollo de sus cursos. Una vez que éste concluye, el ministerio realiza un examen nacional que se llama provão, que se aplica desde 1996, y que cada año permite validar nuevas carreras.

El sistema de evaluación del ministerio de Educación analiza tres aspectos: calidad del cuerpo docente, organización didáctico-pedagógica (proyecto pedagógico que sustente los cursos) e instalaciones como bibliotecas o laboratorios. Esa evaluación la realiza una comisión de especialistas externos.

Otra parte depende de los alumnos y ahí es donde se aplica el provão o examen nacional de curso, en el que participan los estudiantes de último año. Esta prueba es producida por una comisión de especialistas de reconocida competencia, cuyos nombres son completamente públicos. Además se da a conocer todo lo que se espera de un profesional que haya realizado el curso en evaluación; por ejemplo, si se trata de la carrera de Química, las habilidades que se esperan de un químico formado en ese programa y los contenidos que debería aprender para que esas habilidades sean alcanzadas. El examen es de presencia obligatoria, pero no se exige responderlo.

"Con ese provão se elabora un resumen que contiene información del desempeño de cada universidad con respecto a las demás y eso provee a la institución de una posición relativa con respecto al resto de las casas de estudios".

En Brasil existen tres niveles distintos de educación:

-Universidades

-Centros universitarios (donde no es obligatorio el posgrado ni la investigación)

-Facultades integradas (constan de 2 ó 3 carreras)

-Facultades (con 1 carrera)

-Institutos superiores o escuelas superiores.

Cortelazzo explica que la idea del ministerio de Educación brasileño es llegar a más del 90% de los matriculados (que son aproximadamente 2.5 millones sólo en el pregrado), buscando validar todos los cursos tradicionales, ya que los específicos tienen una validación muy especializada. De esta manera, el Ministerio garantiza un mínimo de homogeneidad y calidad de cursos.

"El desafío de acreditar es desarrollar mecanismos que demuestren que todo lo que el resto ya sabe, es cierto. Es demostrar que Vox Populi es Vox Dei".

A juicio del especialista, la discusión chilena es parecida con la brasileña porque además de los criterios externos aquí también existe una autoevaluación de profesores, estudiantes y de la propia institución.

"En Brasil llamamos proyecto pedagógicos al documento elaborado por toda la comunidad universitaria que discute y analiza los objetivos; la evaluación es parte de se proceso porque elabora un plan, lo valida y lo corrige dirigiéndole en la dirección correcta".

Según Cortelazzo, pensar qué es lo que se quiere para la institución y analizar ese objetivo constantemente para corregir las faltas es altamente positivo.

En Brasil existe un sistema de acreditación dependiente del ministerio de Educación que tiene la atribución de hacer variaciones en todos los niveles de enseñanza de ese país. Angelo Cortelazzo, vicerrector de Pregrado de la Universidad Estadual de Campinas, explica que todas las universidades brasileñas tienen la autonomía de decidir su currículo y el desarrollo de sus cursos. Una vez que éste concluye, el ministerio realiza un examen nacional que se llama provão, que se aplica desde 1996, y que cada año permite validar nuevas carreras.

El sistema de evaluación del ministerio de Educación analiza tres aspectos: calidad del cuerpo docente, organización didáctico-pedagógica (proyecto pedagógico que sustente los cursos) e instalaciones como bibliotecas o laboratorios. Esa evaluación la realiza una comisión de especialistas externos.

Otra parte depende de los alumnos y ahí es donde se aplica el provão o examen nacional de curso, en el que participan los estudiantes de último año. Esta prueba es producida por una comisión de especialistas de reconocida competencia, cuyos nombres son completamente públicos. Además se da a conocer todo lo que se espera de un profesional que haya realizado el curso en evaluación; por ejemplo, si se trata de la carrera de Química, las habilidades que se esperan de un químico formado en ese programa y los contenidos que debería aprender para que esas habilidades sean alcanzadas. El examen es de presencia obligatoria, pero no se exige responderlo.

"Con ese provão se elabora un resumen que contiene información del desempeño de cada universidad con respecto a las demás y eso provee a la institución de una posición relativa con respecto al resto de las casas de estudios".

En Brasil existen tres niveles distintos de educación:

-Universidades

-Centros universitarios (donde no es obligatorio el posgrado ni la investigación)

-Facultades integradas (constan de 2 ó 3 carreras)

-Facultades (con 1 carrera)

-Institutos superiores o escuelas superiores.

Cortelazzo explica que la idea del ministerio de Educación brasileño es llegar a más del 90% de los matriculados (que son aproximadamente 2.5 millones sólo en el pregrado), buscando validar todos los cursos tradicionales, ya que los específicos tienen una validación muy especializada. De esta manera, el Ministerio garantiza un mínimo de homogeneidad y calidad de cursos.

"El desafío de acreditar es desarrollar mecanismos que demuestren que todo lo que el resto ya sabe, es cierto. Es demostrar que Vox Populi es Vox Dei".

A juicio del especialista, la discusión chilena es parecida con la brasileña porque además de los criterios externos aquí también existe una autoevaluación de profesores, estudiantes y de la propia institución.

"En Brasil llamamos proyecto pedagógicos al documento elaborado por toda la comunidad universitaria que discute y analiza los objetivos; la evaluación es parte de se proceso porque elabora un plan, lo valida y lo corrige dirigiéndole en la dirección correcta".

Según Cortelazzo, pensar qué es lo que se quiere para la institución y analizar ese objetivo constantemente para corregir las faltas es altamente positivo.