Una de las características principales del sistema chileno
de educación superior es su diferenciación; sin embargo, éste carece de elementos
significativos que permitan poder evaluarlo bien, por ello es necesario un estricto
programa de acreditación. Es dentro de ese contexto que se enmarca el interés de la
Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado, dependiente del ministerio de Educación,
por establecer los estándares mínimos que deben lograr las distintas carreras para ser
acreditadas.
Estructura de un Sistema de RegulaciónPrograma
· Lograr garantía pública
· Criterios estándares nacionales e internacionales
· Autoevaluación
· Evaluación externa
Institución
· Mejoramiento
· Propósitos declarados
· Autoevaluación
· Auditoría académica |
Para Iván Lavados, presidente de esta comisión que ya tiene dos años de trabajo, las
lecciones de la experiencia indican que asegurar la calidad es tarea tanto de la propia
institución como de sus miembros; una comisión o agente externo sólo puede apoyar el
proceso, aseveró. "Es importante la participación de todos los actores, de manera
de aprovechar los elementos de la tradición que existen sobre este tema".
Lavados fue uno de los participantes en el seminario-taller sobre acreditación
organizado por el programa de Calidad Institucional de la Universidad, al que asistieron
decanos, vicedecanos, directores de departamentos y jefes de carrera. Los otros
expositores fueron María José Lemaitre, secretaria técnica de la Comisión Nacional de
Acreditación del Pregrado, y Angelo Cortelazzo, vicerrector de Pregrado de la Universidad
Estadual de Campinas, quien se refirió a la realidad brasileña en torno a este tema.
Tres preguntas
La Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (Cnap) fue constituida por un
decreto ministerial en el marco del Mecesup; por lo tanto se trata de un organizamo asesor
del ministerio de Educación y está integrada por 15 académicos de distintos ámbitos
institucionales y profesionales que participan en ella a título personal. Esta comisión
opera con autonomía con respecto a esa secretaría de Estado y a las instituciones de
educación superior; un compromiso del Mineduc asegura su autonomía.
Las funciones de la Cnap son llevar a cabo procedimientos experimentales de
acreditación, así como preparar y proponer un sistema permanente de acreditación.
La secretaria técnica de esta comisión, María José Lemaitre, se refirió al proceso
de aseguramiento de la calidad, señalando que existe una serie de conceptos de uso
indistinto y que, realmente, son cosas diferentes: acreditación, evaluación y ajuste de
calidad.
"El corazón del sistema de aseguramiento de la calidad es la evaluación,
y de ahí es importante la recolección y análisis de la información; así, se evalúan
los insumos, procesos, resultados, entre otros. También es importante evaluar y validar
externamente los propios mecanismos de autorregulación".
Lemaitre agregó que la evaluación necesita de cambios que demuestren un resultado, ya
que la acreditación da garantía pública, entregando información al público, a los
usuarios y a los mismos gobiernos.
A juicio de la secretaria técnica de la Cnap, son tres las preguntas que se necesitan
responder: ¿cuál es la situación actual? (para lo cual se debe realizar un análisis
institucional, autoevaluación y evaluación externa), ¿cuál es la situación deseada?
(propósitos y fines, así como definición de calidad) y ¿qué camino seguir? (lo que
involucra gestión del cambio, planificación y control + seguimiento).
"La calidad no es un concepto unívoco, debido a sus múltiples definiciones. La
Cnap habla de dos elementos: convergencia externa; es decir, cómo una carrera se
ajusta a las necesidades del medio, y consistencia interna; es decir, cuál es el
alumno que se espera formar dentro de la institución. Esa definición debe conocerla toda
la comunidad académica".
Control y seguimiento
Apoyo explícito y compromiso auténtico de las autoridades, liderazgo y competencias,
recursos adecuados y motivación interna, son los prerrequisitos necesarios para un
proceso efectivo de autoevaluación.
Por otra parte, como condiciones necesarias para la autoevaluación, Lemaitre mencionó
la necesidad de patrones claros de evaluación (misión y criterios); equipo de
conducción del proceso (comité de autoevaluación) que facilite y promueva en todo
momento la participación activa de los integrantes de la unidad; información sustantiva
y válida, así como capacidad de análisis de la misma, y un proceso orientado
necesariamente hacia el mejoramiento.
Una segunda etapa en un proceso de autoevaluación tiene que ver con el control y
seguimiento. Lemaitre señala que, como consecuencia de ello, hay cosas que inmediatamente
mejoran, lo que hace entrar en un proceso más complejo de implementación.