Por primera vez en su trayectoria artística, el grabador Jaime
Cruz expone simultáneamente en dos galerías: en la Casa del Arte y la Sala
Universitaria, donde presenta un trabajo que realizó con financiamiento Fondart y otra
serie que nunca había expuesto en Concepción. Se trata de Grabados de la década
1991-2000 y de la exposición en pequeño formato Desde las raíces... rescate
autorreferente.
Después de dedicarse por años a la docencia, con la que compartía su oficio
plástico, el artista (nombre paradigmático en la gráfica de esta ciudad) está ahora
exclusivamente abocado al grabado y, junto con su obra, exhibe su mejor espíritu crítico
con respecto a la enseñanza de la plástica. "Las escuelas de arte no deben regirse
por el mismo sistema que médicos e ingenieros. Cuesta mucho asimilar la vida académica
de un artista con la de un médico, por ejemplo, ya que la jubilación de cualquier otra
especialidad deja afuera a los artistas cuando se encuentran en su mejor período. El arte
no responde a los sistemas de enseñanza universitaria que conocemos, no se trata de una
acumulación de conocimientos sino que de paradigmas. Cuando llegué a esa conclusión me
fui de la escuela universitaria donde enseñaba".
En el caso de las exposiciones que desde ayer mantiene en la Sala Universitaria,
trabajó sobre la base de 6 grabados de su primera época, los que digitalizó de manera
de homogeneizarlos y dejarlos en el mismo formato, más reducido, y luego obtuvo una serie
de 10 grabados de cada original (para Cruz, la digitalización es una nueva herramienta
que funciona como tal y no como medio de expresión). "Eso me hizo ver obras de esa
época con la visión de ahora y ver que he cambiado poco a lo largo de los años. Eso
marca una identidad, como la caligrafía". En la Pinacoteca, en tanto, está
exponiendo obras de mayor formato, las que no habían sido mostradas antes en Concepción.
-Usted ha dicho que el valor del grabado es ser obra y registro, algo que no es lo
mismo en la pintura...
-En la pintura cuando uno pone una pincelada tapa lo de abajo; en cambio, con el
grabado existen dos niveles de registro: uno que permite sacar copias después de cada
proceso (es decir, sacar una copia de estado, las que pueden ser hasta 10, hasta que uno
consigue lo que quiere) y el de la matriz que registra todas las acciones físicas que yo
haga sobre ella, todos los pasos anteriores. Incluso es posible hacer una exposición de
puros procesos, porque se trata de copias únicas.
-Usted pertenece a una generación de artistas de Concepción que marcaron una
importante huella en la gráfica chilena. ¿Qué pasa en esta ciudad que ha sido cuna de
tan buenos grabadores?
-Yo no me lo puedo explicar tampoco con mucha claridad. Será que existe alguna
cuestión visual-sensorial que hace que la gráfica sea importante acá. En los últimos
50 años, de los 10 más importantes grabadores de Chile, no menos de 7 son de acá.
Además nosotros tuvimos suerte porque llegamos en el momento en que se creaba el taller
más importante de grabado en Chile: Eduardo Vilches, Santos Chávez, Pedro Millar y Jaime
Cruz tuvimos una enorme suerte de llegar a un lugar con fuerte presencia en el medio
gráfico y nos incorporamos a él siendo novatos.
Una serie de 19 grabados, en su mayoría aguafuertes, presenta Teresa
Razeto, en su exposición Icon.emas; palabra inventada con la que esta artista
formada en la Universidad Católica expresa la intención de su trabajo más reciente
(2000-2001). "Son imágenes icónicas, reconocibles, a las que se agrega el sufijo
ema", con el que dice- busca sustantivar la obra y sus íconos. En cada una de
ellas aparecen diferentes objetos asociados a un dominio determinado, que al unirse aluden
a un lenguaje específico.
De esta forma, explica, en costur.ema, al reunir una serie de herramientas
utilizadas en la costura, establece una conexión entre ellas, donde la idea es
representar el lenguaje de esta actividad. Lo mismo ocurre con aguafuertes dedicadas a una
profesión, a las semillas, a la cocina o rincones.
Cada trabajo se exhibe dentro de una caja transparente, con el propósito de acentuar
el carácter de "objeto" de la obra, dice. Además de los trabajos que
representan una unidad significativa por sí mismas, hay también otras compuestas. Entre
ellas está un homenaje a Concepción, Pencourban.ema. Hay una fragmentación de
lugares aledaños a la plaza que, al juntarse, reflejan ese núcleo urbano, que forma
parte de la vida cotidiana de la población y que identifican al penquista.