Aunque llegó a la Universidad atraído por la electricidad, su
pasión terminó siendo la Física; relación que lo ha llevado a ser el presidente de la
Sociedad Chilena de Física.
En 1980 llegó de Talca Juan Carlos Retamal. Egresado de la especialidad de
electricidad en un colegio industrial e influido por un grupo de amigos que le había
hablado de la Universidad de Concepción, entró a estudiar Ingeniería Eléctrica, pero
en 1983 se trasladó a Licenciatura en Física, de donde egresó en 1985.
-Era una época bastante especial. Yo llegué a un curso de 8 estudiantes y en los
cursos superiores había 3 ó 4 alumnos; en total éramos como 15 en la licenciatura. De
ellos yo fui el único que terminé dedicándome profesionalmente a la física; el resto o
lo dejó o se dedica a la educación.
-¿Tiene algún recuerdo especial de esos años de estudios?
-De entre las personas más importantes y que influyeron en mi educación está Juan
Rivera. Era un profesor excelente y muy motivador. Normalmente con él sólo éramos 2
estudiantes que teníamos clases habitualmente a las 8 de la mañana. Establecimos una
relación muy estrecha porque él era muy paternal y cuando uno de sus alumnos no llegaba
a clases o se atrasaba lo tomaba como una traición personal y suspendía la clase.
También estaba Manuel de Orué, profesor que imponía un estilo de trabajo muy exigente y
sistemático que me ha servido mucho en el desarrollo de mi trabajo. Otro profesor fue
Paul Minnin, uno de los más antiguos y con el que se formaron todos los físicos desde la
década del 70.
-En 1985 egresa, ¿cómo era realizar estudios de posgrado en esos años cuando el
interés por las ciencias era tan distinto al de ahora?
-Ese año me fui a Santiago porque en ese minuto era moda realizar algún programa de
posgrado en la Universidad Católica, y el 86 ingresé al magister en Física que se
había creado hacía poco. En 1987 comenzó un programa de becas doctorales de Conicyt, al
que postulé y gané para realizar mi doctorado en Física, en óptica cuántica. Ahí
conocí a Carlos Saavedra (decano de la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la
Universidad), trabajamos en la misma área y nos doctoramos más o menos juntos.
-¿Cómo llega a la docencia universitaria?
-En esa época aún era difícil encontrar plazas permanentes para realizar
investigación, por lo que me vi obligado a postular a un puesto universitario. En 1992 se
abrió un cargo en la Universidad de Tarapacá y me fui para allá. Fue una experiencia
interesante la que tuve en esos 2 años como docente de la cátedra de Física e
investigación en óptica cuántica. Sin embargo habían pocas posibilidades de desarrollo
así es que obtuve una plaza permanente en docencia e investigación en la Usach.
-¿Cómo ve el desarrollo de la óptica cuántica en Chile?
-Trabajamos en teoría ya que en el país es muy pequeña la comunidad que se dedica a
esto: somos Carlos Saavedra, Luis Roa (de la Universidad) y yo, además existe otro
investigador en la Universidad Católica. Esta es un área interesante y fundamental en la
física, que ha tenido un gran desarrollo mundial en las últimas dos décadas. Acá no ha
ocurrido lo mismo por lo pequeño de la comunidad.
-Sin embargo, la física parece tener importantes centros de desarrollo en la
actualidad.
-Como presidente de la Sociedad Chilena de Física tengo un cuadro más o menos claro
de esta especialidad. En el país existe una concentración muy fuerte en las
universidades Católica, de Chile y de Santiago, y en provincias son dos los lugares que
se distinguen: la Universidad Federico Santa María y la Universidad de Concepción.
También existe gente que trabaja en otros lugares como en las universidades de Tarapacá,
de La Frontera y, en Valdivia, en el Centro de Estudios Científicos. En mi opinión, un
lugar con características importantes para el desarrollo de la especialidad fuera de
Santiago es Concepción, por el tamaño de la comunidad, la infraestructura y su medio.
-¿Siente que ha aumentado el interés por estudiar física en estos últimos años?
-Sí, indudablemente. Y creo que será aún mayor gracias a los programas de
divulgación del proyecto Explora y porque muchas universidades tienen programas
permanentes de extensión, charlas, olimpiadas. Además hay más recursos. Los esfuerzos
vienen desde hace años como las olimpiadas de física tanto regionales como nacionales;
se trata de esfuerzos personales que han contribuido a acercar a los estudiantes a la
física.
-¿Continúa manteniendo algún tipo de relación con la Universidad?
-Yo tengo una relación bien estrecha con la Universidad. Regreso todos los años, por
lo menos un par de veces. Uno fue alumno y, ahora como profesional, se encuentra
permanente con otros profesionales, estableciendo relaciones que van más allá de lo
académico. El paso por esta Universidad es una experiencia que no he podido repetir, pese
a que me correspondió estudiar en una época compleja. La Universidad tenía y sigue
teniendo actividades culturales para estudiantes. Yo siempre viví cerca del Barrio
Universitario que para mí era una especie de centro, con un ambiente muy especial. Esta
es una universidad abierta, sin rejas, eso la hace diferente y es algo que las otras
universidades no tienen.