La mayor parte de las veces, las investigaciones terminan cuando
se logra el objetivo para el cual fue propuesta, a pesar de que sus resultados podrían
ser desarrollados a nivel de empresa. Pero el académico investigador no sabe cómo
hacerlo. Lo mismo ocurre con los estudiantes, cuyas tesis o memorias de título abordan
soluciones tecnológicas o de procesos, que se vislumbran como una posibilidad de negocio.
En países como Estados Unidos o Brasil, estos proyectos son amparados por incubadoras
de empresas; instituciones que prestan una serie de servicios y asesorías a aquellos
negocios en gestación hasta que se sientan las bases para que éstos puedan funcionar
como empresas independientes.
Esto es lo que el gobierno regional, a través del Fondo de Desarrollo e Innovación y
el Fondo de Innovación Tecnológica, en conjunto con Intec Chile, Corfo, busca impulsar
en la región, con su concurso Creación de incubadoras de negocios en la región del
Bío Bío, cuyas postulaciones vencen el 20 de julio.
El director de Investigación, Jaime Alvarez, señala que la Universidad tiene un gran
interés en esta idea, que existe desde el año pasado, por el volumen de proyectos que
podrían desarrollarse a partir de una incubadora. Además, dijo, ésta es una buena forma
de estimular la reactivación económica de la región. La generación de empresas y
negocios nuevos abren posibilidades de crecimiento, afirmó.
En la perspectiva de preparar la propuesta que la Dirección presentará al concurso,
en abril, Jaime Alvarez, junto al coordinador del área Vinculación Universidad-Empresa,
Marcelo Molina, viajaron a Brasil para conocer experiencias desarrolladas en diversos
estados de ese país. Más recientemente, ambos participaron en el seminario Nuevas
modalidades de relación Universidad-sector productivo, experiencias en parques
tecnológicos e incubadoras de empresas, realizado en Guayaquil, donde representantes
de diversos países dieron a conocer su realidad en esta área.
Mejores condiciones
Jaime Alvarez señala que esta convocatoria está destinada a impulsar dos o tres
incubadoras de empresas, con un presupuesto cercano de mil 400 millones de pesos para tres
años, más recursos de contraparte; sin embargo, en su opinión, es más viable
concentrar los esfuerzos y los recursos en una sola iniciativa que aúne los esfuerzos de
las diversas instituciones interesadas en llevar adelante el proyecto. En este sentido,
dijo, las universidades son las más indicadas para respaldar una iniciativa de este tipo,
y dentro de ellas, afirmó, es esta casa de estudios la que reúne las mejores condiciones
para ello.
Hay una base científica y tecnológica, hay equipos de trabajo en funcionamiento en
distintas áreas y existe el respaldo a nivel de estructura que podrían facilitar su
implantación en la Universidad, señala Alvarez.
La propuesta para el concurso, según las bases, debe incluir proyectos que sean
factibles de desarrollar en la incubadora y para eso "hay que trabajar en forma
multidisciplinaria, hacer equipos con fines médicos o para generar productos
farmacéuticos o ideas en el campo de la ingeniería". Por ello, la dirección de
Investigación ha decidido manejar el proyecto institucionalmente, dando cabida a todas
las iniciativas, para lo cual ha hecho un llamado a todos los académicos e investigadores
a enviar sus propuestas para complementar la presentación de la Universidad.