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Fotografía, memoria e identidad
"La fotografía es más que una forma, más que un entorno. Tiene un
alma. Traduce algo. Por eso se dice que una imagen habla más que mil palabras",
afirma la directora del Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico, Ilonka Csillak. Para
Csillak, la fotografía ofrece la posibilidad de traer la historia al presente y, con
ello, reafirmar la memoria y la identidad.
La directora participó en la inauguración de la muestra Fotografías: archivo
patrimonial de la Universidad de Concepción, a cargo de la egresada de Artes
Plásticas de esta casa de estudios, Claudia Arrizaga, ocasión en que ofreció la
conferencia Fotografía: memoria e identidad.
Premunida de reproducciones de fotografías de distintas épocas (incluidos
daguerrotipos y talbotipos), pertenecientes a colecciones del Museo Nacional, la
Biblioteca del Congreso Norteamericano, del Museo de Historia de Washington, entre otras,
la expositora ilustró la historia de este arte, que se inició con la cámara oscura, y
cuyos primeros antecedentes se remontan al siglo XI. "Ya en ese tiempo existía la
idea de reproducir la realidad en imágenes mecánicas, de registrar la realidad del
hombre para que esa realidad permaneciera en el futuro".
Desde la cámara oscura, pasaron muchos años hasta que la imagen pudiera fijarse en
diversos y evolucionar hasta la fotografía como se conoce hoy. Según la directora, a
partir de mediados del siglo XIX comienza el interés por las colecciones, con la venta de
álbumes temáticos (reproducciones de dibujos y paisajes antiguos). Los álbumes
"estaban de moda y la gente los compraba porque con ellos estaba comprando
historia". Los archivos existen, porque el hombre tiene la necesidad de reunir su
historia, dice.
Este convencimiento, sobre el valor de los registros fotográficos como memoria de un
país –que, según Csillak, se ha tornado más fuerte con el tiempo- ha guiado el
accionar del Centro Nacional del Patrimonio Fotográfico que, además de reunir bajo su
alero las colecciones más importantes del país, busca estimular la conformación de
archivos, en regiones, que den cuenta de su propia historia e identidad. En este sentido,
Csillak elogió la iniciativa del proyecto universitario de recopilar sus imágenes y
difundirlas en la comunidad regional.
A la hora de la siesta Pese a que un problema en el traslado
de la escenografía desde Santiago retrasó en dos horas el comienzo de "Juegos a la
hora de la siesta", la obra de teatro atrajo a un gran número de espectadores que
asistieron el jueves pasado a la Sala 1 del teatro Concepción.
A cargo de la Compañía La Fuga y dirigida por Felipe Hurtado, la obra de la
dramaturga Roma Mahieu indaga en las relaciones infantiles cargadas de violencia y
descalificación, las que se proyectan hacia el mundo de los adultos. |
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