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Resultados
y perspectivas de crucero Sonne 2001 A través de las muestras recogidas a través de
diversas técnicas, así como las fotografías captadas en el fondo del mar, los
investigadores pudieron apreciar las diferencias latitudinales en cuanto a diversidad de
especies y densidad de la fauna. Las fotografías corresponden a especies observadas a 480
metros de profundidad en la zona de Chiloé (izquierda) y a 500 metros, en Antofagasta
(derecha).
El domingo 13 de mayo llegó a Talcahuano el buque oceanográfico del gobierno alemán,
Sonne, dando término a su 156º expedición; un crucero de 45 días que recorrió desde
Antofagasta hasta Chiloé. Unos 40 científicos, repartidos entre investigadores de esta
casa de estudios y de las universidades de Bremen y Oldenburg, los institutos Max Planck
de Microbiología Marina y Alfred Weneger todas instituciones alemanas- participaron
en la expedición que consideró estudios en las áreas de geología marina,
microbiología y biología bentónica.
El viernes, en el marco del ciclo de conferencias de los posgrados en Oceanografía, el
jefe de la expedición por la parte chilena, Víctor Gallardo, expuso sobre los orígenes,
resultados preliminares y proyecciones del crucero.
Gallardo indicó que este crucero se programó en el marco del proyecto
Fondap-Humboldt, en 1998. En noviembre de ese año, las instituciones participantes
firmaron un protocolo de acuerdo, en la Universidad de Bremen, que había postulado a
fondos del gobierno alemán para sustentar la iniciativa. La dirección de Investigación
también apoyó este crucero, que acogió, además, a investigadores del Shoa y las
universidades de Chile, Austral y San Marcos de Lima (Perú).
A juicio de Gallardo, un aspecto destacable de la expedición fue su duración.
"Son muchos días/buque por persona, lo que significa un impacto importante en la
experiencia (especialmente de los estudiantes) y para el beneficio general del
país".
Durante el crucero, los investigadores de las diversas áreas pudieron recoger muestras
de sedimentos y organismos, y realizar análisis de las condiciones de oxígeno,
temperatura y fluorescencia en el agua, a distintas latitudes.
Uno de los mayores intereses del crucero estuvo dirigido al estudio de la zona de
mínimo oxígeno, zmo, y su influencia en las variables biogeoquímicas y biológicas. En
esta expedición se logró ampliar el rango de observaciones sobre esta zona y
complementar las investigaciones realizadas el año pasado en el Crucero Minox, que se
centró en Antofagasta.
De acuerdo a las observaciones en el área biológica, las conclusiones preliminares
señalan que a medida que se avanza hacia el sur, la influencia del oxígeno se manifiesta
en una masificación y diversificación de la fauna bentónica. Por otro lado, señala
Gallardo, se identifican dos sistemas bentónicos: uno determinado por la zmo, cuyo
límite se sitúa frente a Concepción, y otro, al sur de este límite, de desarrollo
independiente, influenciado por la presencia aguas subantárticas. En cuanto a la escasa
presencia de comunidades de bacterias gigantes, el investigador dijo que esto se debía a
la todavía presente influencia de La Niña, la fase cálida del ciclo Enso (El Niño
Oscilación Sur).
Víctor Gallardo señaló que el crucero es sólo la primera etapa de esta asociación
chileno-alemana. Aún están pendientes los análisis de datos y muestras (tarea para la
cual se desarrollarán programas de intercambio de investigadores) y de resultados, para
continuar con la preparación de manuscritos. Esta colaboración terminaría el 2004, con
un simposio y la publicación de un volumen con los resultados de la expedición.
Para el futuro, informó, existen otros proyectos científicos como el estudio de
cañones submarinos, investigaciones sobre los recursos bentónicos durante la fase fría
del Enso, entre otras, para las cuales se espera contar con la embarcación del gobierno
alemán. |