Tópico relevante en las políticas del sector, en los últimos años,
la salud mental se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios de las acciones de
salud.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de salud mental? El jefe del servicio de
Siquiatría del hospital regional y director del departamento de Siquiatría de nuestra
Universidad, Benjamín Vicente, sostiene que existen tantas definiciones como estudiosos
que intentan explicarla, pero destacan ciertos criterios compartidos por todos.
TratamientoVicente y
Mazzardo coinciden en que antes de comenzar cualquier de tratamiento es esencial realizar
una evaluación médica completa. Enfermedades como el hipotiroidismo o la hipertensión
arterial pueden producir síntomas parecidos a los de la depresión.
En el tratamiento de la depresión se pueden utilizar una gran
variedad de medicamentos antidepresivos, que deben ser administrados en dosis adecuadas y
por tiempo suficiente. Generalmente su acción se manifiesta dentro de las 3 ó 6 semanas
de tratamiento.
Las sicoterapias también pueden ser efectivas en el tratamiento de
ciertas depresiones. Algunas personas experimentan alivio con su uso, mientras que otras
lo hacen con antidepresivos. Un número importante de personas con este problema requiere
de tratamiento combinado, esto significa medicamentos para conseguir rápido alivio de los
síntomas y sicoterapia para encontrar mejores formas de solucionar los problemas de la
vida. |
La salud mental es más que la ausencia de enfermedad; ésta se refiere, más bien, a
un completo bienestar físico, síquico y social; a una óptima calidad de vida, que
integre un alto desarrollo laboral y satisfacción personal que no entre en conflicto con
el medio. En síntesis, una armonía de todas las dimensiones del ser humano.
Desde hace un par de años, el gobierno ha implementado un programa de salud mental a
través de una unidad técnica dependiente del ministerio de Salud. Ésta tiene como
objetivo contribuir al bienestar de las personas aportando desde el ámbito de la salud
mental a la satisfacción de sus necesidades de salud y a una convivencia social solidaria
y favorecedora del desarrollo humano integral.
En el documento "Políticas y plan nacional de salud mental" elaborado por
esta unidad, la salud mental se define como "la capacidad de las personas y de los
grupos para interactuar entre sí y con el medio ambiente, de modo de promover el
bienestar subjetivo, el desarrollo y uso óptimo de las potencialidades sicológicas,
cognitivas, afectivas, relacionales, el logro de las metas individuales y colectivas, en
concordancia con la justicia y el bien común".
El plan nacional de salud mental y siquiatría establecido para este decenio plantea
siete prioridades programáticas, entre las que destacan: promoción y prevención en
salud mental, trastornos de salud mental asociados a la violencia, depresión, trastornos
siquiátricos severos, abuso y dependencia de alcohol y drogas, entre otras.
Por constituir una carga importante de enfermedad, los trastornos afectivos constituyen
una de las principales preocupaciones, no sólo para el gobierno, sino para todas las
organizaciones mundiales de la salud. Uno de los problemas de mayor magnitud lo constituye
la depresión.
Educar a la población
En un estudio realizado recientemente bajo el alero de la Organización Panamericana de
la Salud, Ops, y en el que participaron académicos de nuestra Universidad, se concluyó
que la enfermedad depresiva es uno de los cuadros más frecuentes de la población. Se
estima que en Latinoamérica, alrededor de 15 millones de personas han padecido algún
tipo de trastorno depresivo. En Chile, la cifra supera las 700 mil personas. Una de cada 4
mujeres y uno de cada 10 hombres la pueden sufrir a lo largo de su vida.
Alumnos, construyan redesUn estudio sobre
enfermedades de salud mental realizado en 1996 señala que la probable prevalencia de
desórdenes ansioso-depresivo alcanza al 53%, mientras que el abuso y dependencia al
alcohol llega al 25%.
"Estos índices señalan que en la Universidad las enfermedades
de salud mental de mayor prevalencia entre los estudiantes son los trastornos
alimenticios, trastornos de personalidad que son los de más alto riesgo-,
depresiones y trastornos ansiosos" señaló Solange Cisternas, sicóloga de la
división Salud de la dirección de Servicios Estudiantiles (Dise).
Estas enfermedades se presentan con mayor frecuencia en los alumnos
de las carreras de Ciencias Sociales, debido a su contacto con las distintas
problemáticas humanas.
Nuestra casa de estudios ofrece a los estudiantes un grupo de
profesionales dedicados a la salud mental. Está compuesto por un siquiatra y dos
sicólogas. El procedimiento para acceder a una consulta de salud mental es, primero ir
donde el médico general que diagnostica el tipo de atención que necesita, sicológica o
siquiátrica. Con esto se simplifica la atención. Se realiza la evaluación de la
situación y se comienza con un tratamiento adecuado a su diagnóstico, el que puede durar
de dos a tres meses.
"Lo que hay que aclarar es que la división de salud de la
Universidad no entrega servicio de urgencia para los casos más graves, debido a que no se
puede internar pacientes. Pero sí nos preocupamos de derivarlos al hospital y
preocuparnos de que sean ingresados en un centro asistencial", agregó Cisternas.
"Nosotras, las sicólogas, atendemos aproximadamente a 20
pacientes cada una a la semana, lo que no es suficiente para las necesidades de la
Universidad, pero intentamos cubrir las necesidades de los estudiantes", dijo la
profesional.
Es importante que los alumnos constituyan redes en que puedan
identificar a los compañeros de clases que estén con problemas, además, de buscar apoyo
en la familia, que es uno de los principales soportes de los estudiantes. |
A juicio de Vicente, estas cifras, aunque parecen alarmantes, no lo son tanto si se
toma en consideración que ésta es una de las enfermedades que mejor responde al
tratamiento. Entre el 80 y 90% de los casos puede ser tratados efectivamente y casi todos
ven sus síntomas aliviados.
Sin embargo, la mayoría de la población no la reconoce, enfatiza, y por lo tanto, no
recibe la asistencia que podría aliviar sus molestias y síntomas. Con frecuencia, la
persona, sus familiares o amigos, cometen el error de no identificar el trastorno o
relacionar alguno de los síntomas con enfermedades o malestares del cuerpo, como "la
gripe". Debido a ello, Vicente considera de vital importancia educar a la población
en una autoidentificación del problema, para ser capaces de interpretar adecuadamente los
síntomas, reconociendo la enfermedad y buscando el tratamiento que ayude a su
superación.
El término depresión se presta a muchas confusiones, ya que, a menudo, se usa para
describir reacciones emocionales normales. En general, casi todas las personas que sufren
depresión, sin distinción de edad, presentan un permanente sentimiento de tristeza; una
pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas; y una reducción de la
energía o vitalidad manifestada por un cansancio exagerado. Un requisito importante para
detectar la enfermedad es que estos deben presentarse por más de dos semanas.
Para las sicólogas y docentes del Centro de Atención Sicológica, Capsi, Adriana
Mazzardo y Pilar Hernández, identificar a tiempo algunas de estas características es una
de las principales tareas que cada persona debe realizar, ya sea consigo misma o con
quienes le rodean. Para Mazzardo es fundamental "mirarnos, involucrarnos, estar
atento al otro, a lo que quiere, a lo que le sucede, lo que siente". Enfatiza que
sobre todo en el ambiente universitario, "no estamos acostumbrados a involucrarnos
con los demás. Estamos tan ocupados con los certámenes, clases, trabajos, que nos
olvidamos que además de estudiar y carretear, debemos escucharnos".
Multiplicidad de factores
La investigación médica ha contribuido a aumentar la comprensión de la depresión.
Sin embargo, los científicos aún no saben cuál es el mecanismo exacto que desata la
enfermedad. Probablemente no exista una sola causa.
Algunos especialistas sostienen los que factores genéticos tienen un papel importante
en algunas depresiones. Otras investigaciones sugieren que las personas que padecen de
depresión tienen alterado el balance de los neurotransmisores en su cerebro. Dos de estos
estarían involucrados en la depresión: la serotonina y la neropirefrina. Hay otros
elementos químicos que también pueden estar alterados en la depresión, sin embargo, los
investigadores no saben si estas alteraciones causan la enfermedad o es la depresión la
que los hace aparecer. La depresión mayor parece presentarse en generaciones sucesivas
dentro de algunas familias, aunque puede aparecer en personas sin antecedentes. La
personalidad también juega un papel en la posibilidad que una persona pueda sufrir
depresión. En general, la depresión no tiene origen en una causa única. Frecuentemente
se puede relacionar la presencia de una combinación de factores genéticos, sicológicos
y del medio ambiente, con el inicio de un trastorno depresivo. Lo más importante, a
juicio de los especialistas, es reconocer anticipadamente los síntomas que ayudarán a
una recuperación más rápida y efectiva.