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Dra. Cecilia
Villavicencio
"Es un orgullo ser servidor
público""Cualquier carrera bien
hecha es buena, lo importante es que la persona este contenta y motivada con lo que está
haciendo. La motivación es el motor que a uno lo hace comprometerse con el trabajo".
La doctora Cecilia Villavicencio
es la actual secretaria regional ministerial de Salud de nuestra región. Pero ella es
más que un cargo. Nacida en Concepción, destaca por su sencillez y por su facilidad de
palabra. La pasión por su trabajo y por las cosas que realiza emanan en cada una de sus
frases.
Estudió en la Alianza Francesa y la educación superior la cursó en la
Universidad de Concepción.
Doctora entregada al servicio público por vocación, se tituló en nuestra casa de
estudios en 1973, para después viajar a Canadá.
-¿Por qué eligió medicina?
-Qué pregunta difícil, la verdad entre mis intenciones iniciales no estaba estudiar
medicina, estaba más orientada a la sicología o arquitectura, pero estas carreras se
cursaban en Santiago y en ese tiempo yo era una niña muy obediente y cuando pedí permiso
me dijeron que no. Las alternativas que tenía en Concepción eran en el área biológica,
por lo que entré al Propedéutico por un año y como era buena alumna pude optar luego a
Medicina. Esto fue en 1966.
-¿Nunca dijo "esto es lo que voy a estudiar, va a ser mi carrera?"
-Nunca tuve lo que tiene mucha gente, que antes de salir "dice esa va a ser mi
carrera"; de hecho yo sostengo que se puede ser feliz siendo muchas cosas en la vida.
Tengo múltiples intereses que no necesariamente tienen que ver con el ámbito laboral. Yo
habría sido súper feliz siendo artista, por ejemplo. Me encanta la música, me hubiese
realizado plenamente en esa área. También he descubierto que tengo una cierta
inclinación por las matemáticas. Habría sido feliz siendo ingeniero. No tengo esa cosa
de "o hago esto o nada más en la vida o voy a ser infeliz para siempre". Creo
que la vida es tan rica en su diversidad y en las alternativas que ofrece, que se puede
encontrar la realización y la felicidad en muchas partes. Encontrarle sentido al trabajo
tiene más importancia que el trabajo mismo. Y lo que yo he encontrado en la medicina,
más bien en la salud pública, tiene que ver con el sentido, porque decidí optar por la
salud pública, carrera que estudié en Canadá. El servicio público es lo que le da
sentido a mi trabajo, es algo muy gratificante y yo lo defiendo con dientes y uñas. Es un
orgullo ser servidor público.
-Las
otras actividades que le han llamado la atención, ¿las ha dejado de lado?
-Un poco, por falta de tiempo ; pero nunca
lo he dejado de lado. Siempre de alguna manera he estado relacionada con la música. Desde
mis tiempos de estudiante, participé en el Coro de la Universidad, en los tiempos
gloriosos, en sus inicios. Ahí encontré a parte de mis amistades, con las cuales me sigo
reuniendo. De hecho, hace 6 meses tuve una reunión de ex coristas, de aquella época, que
son todos profesionales y con la idea de reeditar hoy un coro. Por lo tanto, desde
entonces, he estado vinculada a alguna manifestación musical.
-¿Su paso por la Universidad cómo fue?
-Mi paso por la U fue en un período muy convulsionado, muy crítico, pero al mismo
tiempo muy enriquecedor, entre los años 66 y 73, en que según la frase en esos tiempos,
parafraseando lo de Mayo 68, era "seamos realistas, pidamos lo imposible".
-¿Y usted pedía lo imposible?
-Claro. Yo creo que en el fondo fue una generación en que queríamos lo imposible, en
que queríamos lo mejor. Éramos tremendamente idealistas, teníamos un cierto dejo de
irrealidad y una sensación de que todo era posible y por lo tanto mi pasada por la
Universidad me dejó un sello.
Yo creo que de ahí me viene este gusto por la salud pública, el servicio público, de
tener una mirada global de la salud, de ir más allá y sobre todo de la preocupación por
la salud de la gente que es más vulnerable. Eso me marcó, es un producto del ideal que
teníamos en ese tiempo y que todavía sigue vigente.
-¿Y los profesores?
-Muchos de ellos fueron muy importantes al mostrarme un camino, un estilo de trabajo.
Yo hice mis estudios repartida entre el Hospital Guillermo Grant Benavente (Hospital
Regional) y el Hospital Higueras. Conservo muy buenos recuerdos de algunos profesores. Los
veía trabajar con mucho compromiso, con mucho rigor, eso me marcó mucho también.
-¿Qué rescata de su estada en Canadá?
Después de pasar dos años duros de adaptación, me gustó mucho mi pasada por
Montreal, porque además es la provincia francesa de Canadá, que tiene una cosa más
latina. Creo que la disfruté mucho, la aproveché mucho. Allá estudié, conocí gente,
amigos que mantengo hasta el día de hoy, nacieron mis tres hijos. Es un país hermoso.
Tengo un excelente recuerdo de Canadá, además me fue muy bien hice un master en Salud
Pública.
Karina Silva Burgos |