Mañana, el Consejo de Rectores inicia el
análisis de la propuesta de reforma del Financiamiento Estudiantil de la Educación
Superior enunciada por el ministerio de Educación.
El diagnóstico es categórico. Actualmente más de 420 mil jóvenes conforman el
alumnado de la educación superior.
El financiamiento de las instituciones proviene del cobro de aranceles, siendo casi la
totalidad del financiamiento para todas las instituciones, con excepción de las 25
universidades que conforman el Consejo de Rectores.
La mayor parte de las familias carece de recursos para financiar los estudios
superiores de sus hijos. Un arancel promedio se estima en un millón doscientos mil pesos
y el 80% de los hogares posee un ingreso mensual inferior a los 650 mil pesos.
El Ministerio indica que en la actualidad hay tres modalidades de apoyo a los
estudiantes: becas, créditos y ahorro previo, siendo esta última la que está menos
desarrollada.
Concluyen que la cobertura de los instrumentos vigentes es notoriamente insuficiente y
limita el desarrollo de la educación superior en el país.
Hasta este nivel de la presentación es muy probable que haya pleno acuerdo. Sin
embargo, en el análisis de las medidas propuestas es posible vaticinar más de alguna
discrepancia. De hecho ya hay sectores que han hecho públicas sus posiciones.
En primer lugar, serán elegibles para financiamiento todos los estudiantes y todas las
instituciones de educación superior acreditadas.
Propone la creación de una "Agencia de crédito estudiantil", que se
financie por medio de la emisión de bonos y que será una institución público-privada
reemplazando a las universidades en la administración del crédito. Los bonos se
transarán en el mercado de capitales de largo plazo.
Las universidades se convierten sólo en "ventanilla" para efectos de la
colocación del financiamiento estudiantil y los pagos del crédito se realizarán sobre
una base contingente del ingreso.
Esta medida cambia, en el fondo, el sistema de financiamiento del crédito, al
traspasar el origen de los recursos desde el Estado, que actuaría sólo como garante, al
mercado de capitales.
La propuesta del ministerio de Educación debe ser, por su trascendencia, analizada con
profundidad por las unidades, sus estudiantes, académicos y autoridades para, de esta
forma, contribuir de manera participativa al mejoramiento del actual sistema de
financiamiento de los estudiantes que ingresan a la educación superior en nuestro país.