Un interesante lugar de debate acerca de las ventajas y desventajas que
provoca la fluoruración del agua potable para el consumo humano, ofrecieron la Academia
de Profesores Eméritos y la dirección de Extensión, para un tema que ha sido materia de
controversia pública.
El miércoles 10, en el auditorio de la Universidad, expusieron sus posiciones los
académicos Luis Vicentela, profesor de la facultad de Odontología, y Otto Weinert,
docente de la facultad de Ciencias Químicas. Como introductor al tema, participó Oscar
Parra, director del Centro Eula.
Luego de palabras de acogida y presentación del tema, del profesor Antonio Camurri,
presidente de la Academia de Profesores Eméritos, inició el foro el doctor Oscar Parra,
quien hizo una reseña para comprender el problema en su vasta dimensión. Comenzó
diciendo que se ha abierto un debate donde hay posiciones encontradas que se han vuelto
antagónicas. Unos a favor de agregar fluor al agua potable de una ciudad y otros
detractores de tal idea, cada cual con argumentos, que bien merecen la pena ser
considerados.
En este sentido, entregó un marco referencial partiendo desde 1930 en adelante, fecha
en que ya comienza a registrarse esta problemática. Se inicia una preocupación por los
riesgos ambientales que puede producir agregar fluor al agua, sin antes tener referencias
de sus resultados. Y el problema presentado no puede ser resuelto sin antes disponer de
información acerca de las consecuencias que pueda producir en la cadena trófica,
información con la cual no se cuenta.
Beneficios
Enseguida abordó el tema el doctor Luis Vicentela de la facultad de Odontología. Su
exposición estuvo orientada hacia una argumentación favorable a la fluoruración del
agua potable para ser consumida por la comunidad. Proporcionó una serie de beneficios que
ello acarrea para la prevención de caries en la población, especialmente la infantil.
Sus argumentos fueron respaldados por una serie de estudios estadísticos que mostrarían
el retroceso que se ha observado en la producción de caries en poblaciones sometidas a
este tratamiento colectivo. Asimismo, los efectos que este elemento produce en los
procesos reparativos de denticiones desmineralizadas.
Una posición adversa a la medida de fluorar el agua la expuso el doctor Otto Weinert,
docente investigador de la facultad de Ciencias Químicas, quien fundamentó sus razones,
no para oponerse a la fluoruración del agua, sino al método mediante el cual se pretende
suministrar este elemento a toda una población a la que no le queda otra alternativa que
consumir dicho elemento, aún cuando no le sea recomendable ni conveniente.
El contrapunto, necesario y oportuno, que la Academia de Profesores Eméritos y la
dirección de Extensión quisieron ofrecer a todas las personas interesadas en el tema,
demostró en el fondo, que las posiciones que aparecen antagónicas, no son mutuamente
excluyentes, sino que, desde la perspectiva del público, caminan por carriles diferentes.
Mientras el doctor Vicentela argumentó desde una posición específica en torno a las
bondades que para la salud bucal humana aporta el fluor al agua potable, el doctor Weinert
expuso el tema desde un marco referencial holístico, demostrando con abundante material
técnico que el fluor agregado en tales condiciones provoca cambios sistémicos que
amenazan al ecosistema.