A sus 37 años, este joven profesor de
Historia y Geografía fue nombrado, en marzo del año pasado, seremi del Trabajo de la
décima región, cargo para el cual su formación profesional ha sido fundamental.
"Siempre he tenido más vocación por las ciencias sociales y tiene que ver con esta
seremi que se relaciona mucho con lo legal en materia de legislación laboral, pero
también con las relaciones humanas y sociales a nivel de la región".
Su vocación política ha sido influida tanto por su formación humanista y el derecho,
como por la experiencia acumulada en el servicio público. Después de estudiar leyes, su
segunda carrera, entre el 90 y el 93 trabajó en la Cámara de Diputados como asesor de
algunos parlamentarios. Regresó a su tierra como candidato; luego trabajó en el área de
cultura de la seremi de Gobierno, haciendo clases desde 1995 en el Tecnológico de la
Universidad de Los Lagos, sede Puerto Montt, y en el serplac municipal a cargo del plan de
empleo municipal antes de su nombramiento.
Para este seremi la vocación por el tema es, en parte, asunto de familia: es hijo del
ex diputado Luis Espinoza Villalobos, ejecutado en 1973; su madre fue regidora por Puerto
Montt, y sus abuelos y tíos fueron alcaldes y también regidores.
Pero fue durante su época estudiantil, en los agitados años ochenta, cuando empezó
su actividad como dirigente activo. Eran los años del proceso de recuperación de la
democracia.
En 1980 ingresó a Historia y Geografía y egresó en 1984 con calificaciones
sobresalientes. "En Historia efectivamente adquirí una cantidad de conocimientos que
me permitieron desenvolverme en el área que a mí siempre me ha atraído, que es el tema
político social, sobre todo la por formación muy completa de la carrera. En ese sentido,
me ha servido el haber egresado de la Universidad de Concepción".
Paralelamente se empezaba a destacar como dirigente estudiantil. Fue vicepresidente del
centro de Alumnos de Historia, delegado a la Fec y candidato en la primera elección de la
directiva de la organización estudiantil. "La Universidad siempre estuvo abierta a
la comunidad. Sentí como estudiante y como dirigente que, además de la responsabilidad
académica también tenías una responsabilidad con lo que pasaba en tu entorno. Eso hizo
que desarrollara aún más mi vocación la actividad pública. Vivir la experiencia de la
reconstitución de la Fec, con todo el impacto que significó en la octava región, es una
experiencia que nunca se olvida".
Destaca también el sentido único de ciudad universitaria, con su Barrio y, por sobre
todo, el hecho de haber sido becado por la Universidad. "Viví en los hogares
universitarios, y tengo muy buenos recuerdos de esa época. Prácticamente todos los que
estábamos en el hogar teníamos que tener un nivel de rendimiento aceptable, eso a uno lo
motivaba a salir con sus ramos lo mejor posible. Eso, por supuesto, es un reconocimiento a
la Universidad, porque sin beca habría sido imposible estudiar".
En su momento lamentó mucho la muerte del profesor Vivaldi, quien, a su juicio, fue un
gran formador, con una visión amplia de las ciencias sociales. Sigue manteniendo lazos
con quienes fueron compañeros de hogar, a pesar de pertenecer a carreras diferentes.
"La Universidad marca porque uno se siente parte de una familia universitaria, por
eso uno tiende a encontrarse con la gente que en un momento estuvo con uno en la U. Tengo
algunos compañeros de Historia que están trabajando en Chiloé y siempre mantenemos un
nexo para apoyarnos mutuamente".
Para Espinoza, el punto débil para los egresados de su profesión es la poca oferta de
cursos de perfeccionamiento, enfocados en mayor número al área científica. A su juicio,
hay poca información, lo que es más notorio para quienes viven en las regiones más al
sur y que quieren perfeccionarse sin verse obligados a buscar otras instituciones,
"No obstante, me siento orgulloso de haber estudiado en la Universidad de
Concepción, no por chauvinismo, sino porque uno sabe que la formación que recibió fue
de excelencia. Uno puede competir en cualquier lugar sin mayor dificultad; tenemos buena
aceptación en el mercado laboral, justamente por haber tenido una formación como la que
da la Universidad de Concepción".
Su mayor anhelo es que sus tres hijos sigan sus pasos. "Con mi esposa ya los hemos
llevado al Barrio para motivarlos".