La Prueba de Aptitud Académica ha estado en el plano noticioso
durante los últimos días.
Hace una semana el viernes- en la Casa del Arte se efectuó la ceremonia de
entrega de diplomas a los 20 mejores puntajes regionales de la promoción 2000.
En esta oportunidad, el Consejo de Rectores instituyó una forma de premiación que
descentralizó la entrega de estos galardones de modo que se realizaron ceremonias
simultáneas en las cabeceras de regiones.
Los mayoría de los alumnos de la generación 2000 manejan con eficacia las
herramientas computacionales, de modo que apenas supieron de los mejores puntajes, los
hackers comenzaron a buscar en internet hasta descubrir formas de acceder anticipadamente
a los resultados de las pruebas.
Pese a los desmentidos de las autoridades a cargo del sistema, las notas consultadas
por esta vía coincidían plenamente con las entregadas posteriormente por medio del
diario La Nación y el boletín oficial.
Debido a las aglomeraciones de estudiantes ocurridas en el Estadio Nacional en Santiago
en el primer día de inscripción de los postulantes a las veinticinco universidades del
Consejo de Rectores, se prorrogó en un día el plazo de postulación. Los medios de
comunicación social han marcado este hecho como crisis de todo el sistema.
A excepción de la Metropolitana, el resto de las regiones funcionó normalmente.
Toda esta polémica en torno a la Prueba de Aptitud Académica antecede a la reunión
que sostendrán los días 18 y 19 en Punta Arenas los rectores de las universidades del
Consejo. Esta cita está destinada a analizar las respuestas de las casas de estudio a las
propuestas de modificación hechas por el ministerio de Educación y también las formales
que ha planteado la Universidad de Chile.
Es un hecho que en los últimos años la PAA no ha estado exenta de polémica y que
corresponde a las máximas autoridades académicas del país adoptar las medidas que den
la necesaria tranquilidad a los alumnos, sus familias y al sistema educacional en general.