El Arco de Medicina fue el punto de partida del campamento científico escolar que, hasta el hoy, reúne en la Universidad a 83 estudiantes de enseñanza básica y media de 21 comunas de la región.

En ese lugar fueron recibidos, la mañana del lunes, los estudiantes de entre 10 y 15 años que, con este campamento, inician su participación en el proyecto Investigación Científica Escolar Avanzada, aprobado en el quinto concurso de proyectos del programa Explora de Conicyt.

El director de Relaciones Institucionales, Luis Ramírez, fue el encargado de dar la bienvenida a los jóvenes, oportunidad en que celebró su presencia en la Universidad y su participación en actividades que ayudan al fortalecimiento de la ciencia y la tecnología. Destacando que su presencia en la inauguración del campamento coincidía con el inicio de las postulaciones, Ramírez invitó a los estudiantes a volver a la casa de estudios más adelante, en calidad de alumnos regulares.

Metodologías científicas

El proyecto Investigación Científica Escolar Avanzada, que dirige la académica Anita Valdés (facultad de Ciencias Sociales) está destinado a desarrollar metodologías para 8 áreas –Química, Ingeniería, Comunicación, Sicología, Sociología, Economía y Biología- que sirvan de apoyo a los profesores del sistema encargados de guiar el trabajo científico de sus alumnos.

En este contexto se sitúa el campamento, al que más adelante se sumarán otras actividades (como la capacitación de docentes) para culminar con la confección de un manual que rescatará la experiencia acumulada a lo largo del proyecto.

En estos días, los estudiantes –divididos en las ocho áreas de conocimiento- han cumplido un exigente programa de trabajo, que les ha brindado la oportunidad de desarrollar una investigación junto a académicos universitarios y estudiantes de pregrado. Las actividades universitarias han sido complementadas con otras de carácter recreativo, cultural y de crecimiento personal.

Al igual que en campamentos anteriores –realizados en el marco del proyecto Vivamos la Ciencia- la nueva iniciativa contó con el respaldo del Liceo Enrique Molina y la Junaeb, que proporcionaron alojamiento y alimentación a los jóvenes científicos.