El combate de fitopatólogos y la degradación de compuestos
tóxicos son algunas de las aplicaciones de los metabolitos secundarios, unos compuestos
producidos por hongos que tienen la capacidad de inhibir el desarrollo de otros hongos
para evitar la competencia dentro de un mismo ambiente.
La investigación en esta línea ha unido a investigadores del laboratorio de Química
de Productos Naturales del departamento de Botánica y el departamento de Biotecnología
de la Universidad de Kaiserslautern (Alemania) en un proyecto de colaboración apoyado por
Conicyt y el Bmbf (ministerio de Educación, Investigación, Ciencia y Tecnología
alemán).
Roland Weber.
A través de este programa, el laboratorio de Química de Productos Naturales que
dirige el doctor Mario Silva- recibió la visita del micólogo de la universidad alemana,
Roland Weber. Durante su estadía en Concepción, el doctor Weber trabajó con estudiantes
de la facultad de Ciencias Naturales -que realizan sus tesis en el departamento de
Botánica- en la aislación de hongos desde sustratos naturales, en técnicas
demostrativas de aislación y cultivo y sistemas de test de productos con actividades
fungicidas, a la vez que estableció contactos con investigadores de áreas afines.
Weber explica que la investigación de los metabolitos secundarios constituye un buen
ejemplo de la biotecnología aplicada. Así como pueden evitar la existencia de otros
hongos, los metabolitos pueden inhibir la acción de insectos, hongos y nemátodos que
atacan cultivos agrícolas y forestales.
En este momento se está estudiando la forma en que los metabolitos se presentan en
ciertos hongos chilenos. El estudiante de posgrado de la Universidad, Pedro Aqueveque,
está dedicado a la aislación y cultivo de estas sustancias a través de una
pasantía en el departamento de Biotecnología de la casa de estudios alemana.
Allí, ya se ha logrado llegar a la comercialización de productos derivados de hongos
como el strobilurin. Pero, según el especialista, esta es una tarea de largo plazo: antes
de llegar al mercado, los derivados de los hongos deben ser probados en varias etapas,
pues muchos de ellos son altamente tóxicos para animales y plantas, e incluso para el
hombre.
Biorremediación
Además de su utilización en la actividad agrícola y forestal, los hongos pueden ser
aplicados en la descontaminación de suelos. En el laboratorio alemán se investigó la
degradación del trinitrotolueno, Tnt, un explosivo ampliamente usado en la II Guerra
Mundial, cuya acción contaminante ha llegado incluso a las aguas subterráneas.
Weber explica que son dos los mecanismos para degradar el Tnt. Uno actúa a través de
la modificación molecular, que es seguida de una reducción química. El proceso puede
realizarse en el mismo suelo. El segundo que sólo se logra en laboratorio- tiene
relación con hongos especializados que estimulan a otros hongos para que ayuden a la
mineralización de los compuestos a través del rompimiento de la estructura molecular.
Esta es un área que puede ser desarrollada en Chile para la degradación del
pentaclorafenol, Pcp, uno de los químicos incluidos dentro de la "docena
sucia", la lista de los 12 tóxicos de mayor peligrosidad y sobre los que existen una
serie de restricciones en el primer mundo.
Según Weber, existen grandes similitudes en los mecanismos de degradación de Tnt y
Pcp. En el caso del último -que en Chile se emplea para la impregnación de maderas- los
hongos tendrían la capacidad de remover el átomo de cloro desde la molécula de Pcp,
facilitando su descomposición.
En la actualidad, en la Universidad el tema está siendo tratado a través del proyecto
Fdi, Desarrollo de una tecnología y sistemas de gestión para el tratamiento y manejo de
aserrín con presencia de fungicidas, que encabeza Juan Carlos Carrasco, de la Udt, y en
el que participan investigadores del laboratorio de Productos Naturales y del departamento
de Microbiología. Weber planea establecer un programa de colaboración con estos
organismos para avanzar en los estudios para la degradación de tóxicos.