Aún no se acaban los ecos de la controversia que se desarrolló
principalmente a través de los medios de comunicación sobre el futuro de la Prueba de
Aptitud Académica.
Las máximas autoridades de las 25 casas de estudios superiores adscritas al Consejo de
Rectores se encuentran, en estos momentos, estudiando las propuestas que hizo la ministra
de Educación, Mariana Aylwin, al organismo, las que deben ser analizadas en el curso de
este mes, específicamente en la reunión que sostendrán el 19 de diciembre.
El cambio fundamental es incorporar los conocimientos adquiridos durante la enseñanza
media en los contenidos de la Prueba, la que actualmente mide principalmente aptitudes.
Sin embargo, esta modificación implica tener presente en gran medida el tema de la
equidad y cómo construir un instrumento de evaluación que dé igualdad de oportunidades
a alumnos que provienen de distintos colegios, con diferentes posibilidades. En otras
palabras, que no favorezca a los sectores de más altos recursos, que pueden pagar una
educación de alta calidad, en desmedro de los sectores medios y medios bajos que no
tienen capacidad para optar a colegios de alto rendimiento.
La profundización de la reforma educacional en la enseñanza media es un requisito
fundamental para que los alumnos, con acceso a tecnologías de punta, mejoren sus
capacidades y habilidades.
Es necesario que las conclusiones que se adopten a fin de mes den señales claras para
que los alumnos de enseñanza media, sus familias, y en general todos los sectores que
están involucrados en el tema, conozcan con antelación las modificaciones de contenido
que experimentará la prueba correspondiente al año 2002.