Producción
limpia
Más gestión que tecnología Al docente del departamento de Ingeniería Química, Claudio Zaror, le
correspondió abrir las conferencias programadas para el encuentro con la exposición Conceptos
generales de producción limpia. Según el Premio Municipal en Ciencias Aplicadas, el
tema medioambiental se ha ido configurando lentamente en el nivel institucional, sin
embargo aún subsisten ciertos errores conceptuales en cuanto a la forma que adquiere esta
componente en el ámbito de la producción.
Los inicios de la preocupación por el medio ambiente parten por la conciencia que
adquiere la sociedad, en cierto momento, sobre la finitud de los recursos naturales. En el
sector productivo esto se traduce en limitaciones a sus procesos, que ha significado
comenzar a funcionar dentro de un nuevo paradigma: el desarrollo sustentable, que predica
el equilibrio entre el desarrollo económico y las limitaciones ambientales. A juicio de
Zaror en los últimos años la mayoría de los países se han encaminado en una dirección
más o menos correcta, que siembra expectativas en torno al logro de la sustentabilidad.
"Hay un nuevo escenario nacional e internacional donde el criterio es que el elemento
ambiental debe estar incorporado de manera tal que en lugar de transformarse en una carga
pueda entregar beneficios".
Sin embargo, dice, en muchos aspectos, en la manera de abordar el problema en el sector
productivo hay una tendencia a creer que el costo ambiental (sus implicancias sociales y
económicas) es internalizado en el proceso y que la única posibilidad de minimizar los
impactos en el entorno está supeditada a fuertes inversiones en tecnología.
El concepto de producción limpia, desde la perspectiva de Claudio Zaror, tiene que ver
con una actuación preventiva en dos niveles: maximizando el uso de los recursos y
minimizando las pérdidas y con la incorporación de la componente ambiental en el diseño
de los procesos productivos (tema en el que, según el docente, además de la conciencia
que debe existir en el sector, hay un rol fundamental de los ingenieros). En resumen, un
razonamiento anticipativo ligado a una gestión integral de los procesos que debe tener
como resultados una producción de calidad que incorpora la seguridad ambiental.
Una de las formas de producción limpia que adquiere cada vez mayor fuerza es la de las
"tres erres": reducir, reutilizar y reciclar. Hoy existen diversas alternativas
que permiten disminuir emisiones dañinas, a la que vez que se ha comprobado que es
posible encontrar usos para algunos residuos luego que se ha terminado un cierto proceso.
De acuerdo a Zaror, algunas de las actividades productivas que hasta hace poco eran
reconocidas como las más contaminantes han incorporado las tres erres en sus procesos. Es
el caso de la industria celulosa y siderúrgica, que han logrado reducir las cargas
contaminantes por la vía de utilizar, por ejemplo residuos gaseosos y líquidos, como
energéticos y/o insumos, lo que a su vez, tiene repercusiones positivas en lo económico.
Según Zaror, estos son avances importantes, pero el desafío mayor en el esfuerzo por
perfeccionar los sistemas que permitan validar cada vez más el concepto de producción
limpia, pasa por un compromiso de todo el sector empresarial.
Y más allá de lo que ocurre en el sector productivo aún hay tareas pendientes en la
motivación de las personas para internalizar lo que involucra mantener una relación
equilibrada con el medio ambiente. Esto es una tarea de la educación ambiental, un área
que a su juicio- debe ser abordada con una perspectiva mucho más amplia que el mero
hecho de estar integrada a un plan curricular. |