Los 50 años de un libro que ha
inventado un pueblo que faltaba y que se ha convertido en un texto de referencia obligada
de la literatura nacional, se están celebrando este 2000. El Canto General, del Premio
Nobel de Literatura Pablo Neruda, enteró la cinco décadas y, en homenaje, la dirección
de Extensión, los programas de posgrado en Literatura y la división de Publicaciones
convocaron a unas jornadas denominadas "Pablo Neruda: 50 años del Canto"
como reconocimiento de los intelectuales, docentes y críticos de la Universidad al
conmemorarse 50 años desde la publicación de este libro fundamental de la poesía en
lengua castellana.
Jueves y viernes de la semana pasada se realizó esta actividad que estuvo compuesta
por mesas redondas, testimonios, lecturas y una puesta en escena de textos del Canto. En
ellas participaron Volodia Teitelboim, Federico Schopf, Cedomil Goic, Jaime Quezada, Marta
Contreras, Gilberto Triviños y Mario Rodríguez.
La inauguración de la actividad estuvo a cargo de Rodríguez, subdirector de
Publicaciones, quien calificó al "Canto general" como un texto "anómalo
que confunde la conciencia mítica con la propia". Dijo que se trata de un texto
disparejo, de cierta ingenuidad histórica que se enmarca dentro del contexto de la Guerra
Fría y que exhibe una "condición híbrida, mestiza, propia de los grandes libros
latinoamericanos".
La primera mesa redonda estuvo a cargo del ensayista, poeta y novelista Volodia
Teitelboim y del poeta y crítico Federico Schopf.
El primero, valiéndose de metáforas, llamó al Canto General, una especie de
Cordillera de los Andes "porque es una especie ciclópea, y junto a las cimas tiene
las simas (o abismos)", dijo.
"El Canto general, agregó Teitelboim, tiene relación con España en el Corazón,
al preocuparse del hombre mismo y de la humanidad violentada. Pero también es su
redescubrimiento de América. En el fondo, todo es fantasía e intento por humanizar su
poesía y hacerla voz de un continente. Al principio ésta quería ser la voz de Chile,
porque Neruda es un patriotero poético".
Teitelboim emparentó este texto con la Biblia o con la Araucana de Alonso de Ercilla,
por sus trazos de crónica. "Neruda defendió el derecho del poeta a ser
cronista".
Por su parte, Schopf ratificó esta cercanía del Canto General con el texto de
Ercilla, reconociéndole su tendencia épica. "Pero se diferencia de los poemas
épicos clásicos en la relación del poeta con lo narrado. Este, el de Canto General, no
es un poeta distante".
El poeta como libertador y la poesía como combate son otras dos de las
características que muestra este libro. "Hay aquí una noción de poesía como pugna
al mostrar el combate a través de lo narrado, pero también es lucha social donde la
palabra se transforma en el arma".