En ceremonia llena de boato y tradición, la Real Academia de Doctores de España, institución de prosapia palatina que reconoce los méritos y valores a destacados intelectuales y científicos, admitió en su seno al profesor Carlos Calvo, decano de la facultad de Farmacia, como Académico Correspondiente y le confirió la dignidad de integrante de ese instituto real.

La ceremonia se llevó a cabo en Madrid, el 15 de noviembre, y constituyó un reconocimiento a los aportes que el doctor Calvo ha hecho a su campo disciplinario y al liderazgo que ha alcanzado en el estudio de patologías vasculares.

En la ocasión, el doctor Gustavo Villapalos, presidente de la Real Academia de Doctores de España le hizo entrega de los emblemas que acreditan tal distinción: diploma y medallas.

El diploma reza de la siguiente manera: Real Academia de Doctores de España. Por cuanto don Carlos Calvo Monfil se halla investido del grado de Doctor en Ciencias, al tenor de lo que acredita el correspondiente título académico expedido en la Universidad Claude Bernard Lyon (Francia), en diciembre de 1998 con el número de registro y viene a probar su amor a la Universidad Española ofreciendo enaltecer con sus merecimientos el superior grado académico y velar por su dignidad y fueros.

Por tanto, queda adscrito como Académico Correspondiente de la Real Academia de Doctores y sometido a los Estatutos vigentes y Reglamentos que por ella se dicten y que por ella se dicten.

Y para que en todo lugar y tiempo pueda acreditar distinción tan honrosa se le expide este diploma, a quince de noviembre de 2000.

En los anales de la Real Academia, se escribe: "fue en 1925, cuando su majestad el Rey don Alfonso XIII concedió por primera vez la condición real a los Colegios Doctorales de los Distritos Universitarios como era el Colegio de Doctores de Madrid. En 1984, S.M. el Rey Don Juan I ratificó la condición real de la Academia, pasando ésta a denominarse desde entonces Real Academia de Doctores.