Así como en diversos campos de la ciencia, la incorporación de tecnologías
de avanzada ha favorecido la investigación oceanográfica de áreas remotas como el fondo
marino polar; un mundo aún poco conocido, pero "maravilloso y lleno de vida",
dice Alfred Krause, científico del Instituto Oceanográfico para la Investigación Polar
y Marina de Alemania Alfred Wegener.
Invitado por el departamento de Oceanografía para participar en su ciclo de
conferencias internacionales del posgrado, Krause ofreció una charla en que dio conocer
los avances en la exploración del suelo marino profundo, en Groenlandia, con el uso de
vehículos de operación remota, rov.
En general, afirma Krause, el fondo del mar no es muy conocido como espacio para la
vida. Se sabe más de sus usos: pesca, extracción de gases y minerales, tuberías, cables
de datos y depósito de residuos, etc. Y es lo que ocurre también con el mar en la zona
polar.
Apoyados por un programa de cooperación alemana-francesa, el Instituto Alfred Wegener
y el Instituto Francés para la Explotación del Mar realizaron una expedición
multidisciplinaria a Groenlandia, en 1998. Todo el nuevo conocimiento que se tiene del
lugar se debe a Víctor 6000: un rov desarrollado en Francia, que puede llegar hasta los 6
mil metros de profundidad. Está dotado de cámaras de video, sensores y dispositivos de
medición y de muestreo de sedimentos y organismos; todo monitoreado por control remoto.
Víctor 6000 captó una serie de imágenes y muestras que han permitido a los
científicos conocer la diversidad biológica de ese ambiente y las características de
sus suelos. La zona polar es un mundo lleno de vida, afirma Krause. "A pesar de la
oscuridad, la baja temperatura y la baja presión, es sorprendente la diversidad que
existe sobre y en el suelo marino polar".