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Grabado de Gina Intveen, una de las artistas de la muestra que se inaugura el lunes a
las 19:30 horas, en la Casa del Arte. |
Riqueza que brinda la diversidad
Desde hace algún tiempo la Pinacoteca de la Casa del Arte ha
implementado una política de dar a conocer al público penquista, jóvenes valores de la
plástica, formados en el "alma mater", con el requisito de haber expuesto con
singular éxito o reconocimiento en el extranjero.
Es el caso de estas dos grabadoras, creadoras de la presente exposición intitulada
"Sal & azúcar". Gina Intveen y Natascha de Cortillas plasmaron su vocación
de artistas en el departamento de Artes Plásticas, posteriormente sus trayectorias han
cubierto muestras en importantes salas y galerías del país y fuera de nuestras
fronteras: Gina Intveen en Estados Unidos, Alemania y Costa Rica, y Natascha de Cortillas
en México, Portugal, España y Puerto Rico; ambas con laudatoria crítica.
Las artistas han rotulado esta exposición "Sal & azúcar", en mérito a
las propiedades de estos dos elementos que, de alguna u otra forma, han estado presentes
en ciertas técnicas antiguas y tradicionales del oficio del grabado.
Las expositoras nos entregan propuestas distintas, tanto en lo temático como en lo
expresivo. Sin embargo, ambas nos presentan sus obras en las que está presente, además
de sus naturales talentos creativos, el cabal dominio del complejo arte del grabado y de
la gráfica.
El espectador podrá apreciar la aplicación de diversas técnicas, tales como
litografía, offset, transferencias, colagraph y otras que, por sus características,
tienen propiedades plástico-visuales selectivas, así podrá comparar la riqueza que
brinda la diversidad.
Antonio Fernández
Vilches
Director de la Pinacoteca
Humor sinfónico Con la filosofía de que la música debe ser amada y ejecutada con alegría y
relajo, el músico argentino, ex integrante de Les Luthiers, Ernesto Acher, dirigió el
sábado pasado un concierto desconcertante. Apelando a sus "bromas musicales",
en las que a través de parentescos descubiertos entre obras clásicas y otras populares
mezcla músicas hasta conseguir divertidos temas como "Bésame Schumann" (un
híbrido entre un concierto para piano de Schumann y el bolero "Bésame mucho")
o "Peer Gynt Panther" (donde fusionó un extracto de Peer Gynt con la música de
la pantera rosa, hasta conseguir un divertido espectáculo que fue apoyado por la
disposición de los mismos músicos de la orquesta, los que combinaron sus
interpretaciones clásicas con una suerte de banda que se identificaba en su diferencia
por el uso de lentes oscuros.
Acher tampoco se quedó callado, contó anécdotas, motivó al público
a cantar, silbar y aplaudir al compás de la música, y hasta incorporó al director
titular de la Orquesta Sinfónica, al frecuentemente serio Luis Gorelik, en su juego
musical.
El relajo y la comodidad se vio en los mismos músicos quienes, no obligados al
habitual esmoquin, los varones, o al serio vestido negro, las damas, rieron con algunas de
las "bromas musicales" y ejecutaron un concierto bueno y divertido. |
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