En la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas
la etapa de Análisis de Coherencia de su Plan de Desarrollo Estratégico está
fundamentalmente realizado. Ahora sólo falta el proceso que se realiza a nivel
universitario, con respecto a los distintos indicadores de la Universidad.
Considerando que los planes estratégicos de cada departamento son una
particularización de los planes de la Facultad, el decano Carlos Saavedra señala que
ahora es necesario trabajar los temas de pregrado, consolidar grupos de investigación en
el posgrado y definir claramente los compromisos con los indicadores de gestión. "El
plan de desarrollo general busca formalizar los grados de compromiso de las distintas
unidades".
Planes de desarrollo estratégico desde sus inicios La facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas comenzó a
elaborar su plan de desarrollo en 1993. Desde la fecha de su creación, cada uno de los
departamentos definió sus planes de desarrollo en torno a los cuales ha enmarcado sus
actividades hasta ahora.
Según el decano, Carlos Saavedra, el trabajo que el año pasado se
inició en la Universidad, de definir el plan estratégico de esta casa de estudios y de
todas sus reparticiones, permitió a la facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas
realizar un análisis del trabajo vigente y actualizar el plan de desarrollo propio.
"Esta es una de las pocas facultades donde la elaboración del
Plan de Desarrollo Estratégico es tarea del Consejo de Facultad, conformado por las dos
primeras jerarquías", enfatiza Saavedra.
El decano además recuerda que su unidad ha participado en la
formulación de tres proyectos Mecesup. "Estos proyectos fueron elaborados
fundamentalmente y llevados adelante por el trabajo de cada uno de los departamentos de
acuerdo a sus procesos de autoevaluación".
Por ese motivo el año pasado se trabajó en la actualización de
los planes de desarrollo estratégico (no en la elaboración de uno nuevo), revisándose
las metas planteadas y definiendo nuevos objetivos. "Planificar a mediano y largo
plazo prepara a la Facultad para postular a proyectos externos para la educación
superior".
A juicio del decano, los planes de renovación académica que ha
experimentado su Facultad han generado cambios en los indicadores de investigación
científica y permiten ahora la innovación en el pregrado (el caso de los proyectos
Mecesup). |
A juicio de Saavedra, el Plan Estratégico elaborado por la Facultad y sus distintos
departamentos, formaba parte del reglamento interno de la unidad, por lo que no se le
podía eludir. "Todos los departamentos, desde 1993, han venido desarrollando sus
propios Planes de Desarrollo, lo que ha permitido un desarrollo más acelerado de la
Facultad en todo este tiempo. A ello se ha unido la posibilidad de la renovación
académica con personal de gran formación".
"Nosotros creemos que hoy somos una Facultad viable tanto del punto de vista
económico como académico. Desde todas las perspectivas le entregamos beneficios a la
Universidad".
Saber dónde centrar los esfuerzos
Si un plan de desarrollo puede producir grandes beneficios a una sola facultad, es
indudable que también es muy beneficio para toda la Universidad.
Saavedra reconoce que existe, a nivel académico, cierto escepticismo con respecto a la
elaboración de un Plan Estratégico universitario. A su juicio esto tiene que ver con las
dudas acerca de los efectos que se esperan de su aplicación y de saber cómo éste va a
ayudar en la toma de las decisiones a nivel central.
Señala que hasta ahora este plan ha permitido priorizar los proyectos que se presentan
a concursos externos. "Pero creemos que se pueden lograr efectos más concretos como
definir las políticas centrales que privilegien el desarrollo de áreas temáticas y nos
permitan conseguir un cierto liderazgo en determinadas disciplinas".
Asociado al Plan de Desarrollo Estratégico existe una gran cantidad información
adecuada para tomar decisiones en cuanto al destino de recursos, apoyo a las actividades
de investigación o docencia, etc. Esto, dice Saavedra, debe tener un efecto directo para
el desarrollo académico, permitiéndole al Rector decidir dónde centrar sus esfuerzos
para el desarrollo futuro de la Universidad.