Junto a los efectos acumulativos de la degradación de
suelos, producidas por la pérdida de capa vegetal y prácticas agrícolas inadecuadas,
las urbanizaciones en áreas cercanas a los ríos y las intervenciones en sus cauces para
un mayor aprovechamiento en el riego, son las principales causas de la erosión de estos
cuerpos de agua.
Por más de 15 años, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos en
conjunto con el servicio de Conservación de Suelos del ministerio de Agricultura de ese
país se han abocado a detener la degradación de 16 ríos que integran la cuenca del
Mississippi a través de un programa especial de control de erosión.
Durante su visita al departamento de Ingeniería Civil junto al ingeniero Stephen
Collinsworth, la semana pasada, el director técnico de Control de Crecidas de la
Estación Experimental Waterway y miembro del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Phil
Combs, hizo una exposición para académicos y estudiantes sobre el Programa Demostrativo
de Control de Erosión, Dec.
Combs manifestó que ante todo, los problemas de degradación y erosión de los ríos
deben ser abordados desde una óptica sistémica, pues gran parte de las anomalías que se
presentan en un punto del río se reproducen a lo largo de la cuenca. "No es
suficiente atacar los síntomas de un tramo específico del río. Hay que analizar toda la
cuenca que aporta a ese lugar, a ese problema", dice Combs.
En la mayoría de los casos, en las rectificaciones de los ríos (para mejorar el
riego) no son considerados los aspectos geomorfológicos ni del comportamiento de la
cuenca en su conjunto. "Esto causa una serie de problemas, de largo desarrollo, que
requieren de mucho dinero para ser corregidos". Las urbanizaciones, en tanto, afectan
la capacidad drenológica de la cuenca. "De los cambios hidrológicos pueden resultar
mayores caudales. Con un cauce mayor aumenta la capacidad de transportar sedimentos y la
acumulación de sedimentos en las zonas más bajas y planas puede producir
inundaciones".
Los efectos, en ambos casos pueden traducirse en alteraciones de las pendientes,
desperfilamiento de laderas, erosión de riveras, degradación en el cauce del río y
acumulación de sedimentos, que influyen en la pérdida de profundidad del río. Estos son
el tipo de anomalías que, según Combs, presenta cualquier cuenca-modelo en cualquier
parte del mundo.
Luego de analizar el comportamiento del Mississipi, a través del Dec, se establecieron
4 estructuras típicas para el manejo de la erosión: estructuras para el control de
pendientes (pequeñas represas a baja altura), canalizaciones (tuberías que aminoran el
impacto de la caída del agua en sitios con desniveles que drenan al río lateralmente),
enrocado de riveras (para la estabilización de laderas) y estructuras que retardan los
flujos de agua en períodos de crecidas (embalses).
Los últimos 6 años se han dedicado a evaluar cada una de las técnicas de control y
la combinación de ellas, sumando a ellas medidas para el tratamiento de suelos (como
arado y construcción de sistemas de terraza en el sentido de las líneas de nieve para
evitar escurrimientos superficiales).
Paralelamente se ha desarrollado un programa de monitoreo para determinar el
comportamiento y la capacidad de respuesta del cauce ante alteraciones y mejorar y
desarrollar criterios para el diseño de sistemas de control de erosión y de protección
de riveras.
A juicio de Combs existe una experiencia suficiente como para iniciar una serie de
publicaciones sobre el tema, así como para iniciar capacitación fuera del país.