Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 382 

MIERCOLES 23 DE AGOSTO DE 2000

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Editorial
Hugo Gutiérrez
"Se necesitan abogados especialistas en DD.HH"

"Yo me crié en Iquique y me malcrié en Concepción" recuerda, con humor y nostalgia, el abogado Hugo Gutiérrez Gálvez (38, casado, tres hijos) quien se ha distinguido en el área de los derechos humanos. Con la notoriedad de los casos que tiene a su cargo es figura permanente de los medios de comunicación, donde aparece siempre muy serio. Con especial buena voluntad adecuó su agenda repleta para recibirnos.

Proveniente de la ciudad nortina, llegó a Concepción a estudiar Derecho porque supo de la existencia de la Beca "Enrique Molina Garmendia" y le interesaba obtenerla. Se iniciaba la década del 80 y un período bastante álgido en lo político del cual no se sustrajo y, por el contrario, se sumó. "El alto interés en la cosa política debilitó algo mi buen desempeño académico" rememora.

¿Le gustó la Universidad, se hizo de amigos?

-Me gustó y especialmente aquella cosa transdiciplinaria que ofrece la Universidad. Es decir, no solamente te contactas con tus compañeros de facultad, sino con los de otras, como en mi caso con Pablo Videla y Pablo Sanhueza que estudiaban Ingeniería. Tuve una buena amistad con Juan José Scholber. Entre mis compañeras de leyes recuerdo especialmente, a Paulina Veloso, Alejandra Barra, Sandra Sepúlveda y Soledad Melo, con quien me volví a encontrar hace muy poco. Ella como relatora de plenos de la Corte de Apelaciones de Santiago y yo como querellante en el caso del desafuero. En cuanto a la formación académica me permitió desempeñarme adecuadamente en el ámbito profesional. Recuerdo al profesor Peña y Lillo, que siempre argumentaba en sus clases que todo era discutible, instándonos a argumentar y a debatir.

Usted se especializó por las circunstancias en Derechos Humanos ¿deberían enseñarse en la Universidad?

-Por cierto que sí. Cuando yo estudiaba no se enseñaba, ahora es distinto porque muchas universidades lo tienen como cátedra. La doctrina de los Derechos Humanos debe ser transversal, en todos los campos, no sólo en las casas de estudios. El derecho no se acaba ni se agota en las universidades, sino que en una amplia gama de organizaciones que defienden y protegen los derechos esenciales. Las buenas causas en esta materia además no sólo tienen acogida hoy dentro de los límites territoriales de una nación, sino que las traspasan en aras de los acuerdos internacionales. Por eso es positivo que a los estudiantes de leyes de hoy se les entregue ese instrumental jurídico amplio que tampoco se acaba en los códigos nacionales. En el ámbito de los derechos humanos la tendencia es hacia la justicia universal

¿Qué costos personales ha tenido el ejercer en este campo, incluso trascendiendo el período militar?

-Hasta hoy tengo un punto fijo en mi casa. Ha sido un costo de tensiones y porque hay diferencias notables; en el gobierno militar la lucha era unitaria, sin diferencias, se sabía quién era el adversario. Hoy esa línea está difusa. Ahora hay gente que hace olas, hay un relativismo, en aras de la gobernabilidad y de la ética de la responsabilidad, como decía Max Weber. No vivimos en un país plenamente democrático y es imposible subordinar a las Fuerzas Armadas, aunque tampoco se puede negar que ha habido avances y, hay más militares que han sido juzgados, porque es claro que quienes los violaron deben ser castigados.

¿Qué siente al ver un Pinochet triste, solitario y final?

-Me han hecho muchas veces esa pregunta. No siento nada, pero sí pienso que deben respetarse los derechos esenciales al debido proceso a que está siendo sometido.

Los derechos humanos, en definitiva, no debieran ser como en Europa una cosa de todos y para todos, cualquiera sea el color político

-Por cierto, para allá debemos transitar, pero para eso se necesita ¿sabes qué?, más luchadores, más abogados interesados, más estudiantes, de esa manera se generan los grandes movimientos ciudadanos en torno a una situación violatoria de los mismos.

¿Ha vuelto a la Universidad donde estudió?

-Muy poco, desde 1988, que terminé la carrera y vine a trabajar a Santiago, he vuelto dos veces. Me encantaría ser invitado y decirle a los alumnos de leyes que se necesitan más abogados especializados, que se unan a nuestro trabajo. Hacen falta.

Mónica Silva Andrade