La semana pasada el país celebró el Día Nacional de
la Solidaridad. Esta actividad, destinada a fomentar el desarrollo de un valor que nuestra
sociedad estaba perdiendo, al parecer ha dado sus frutos.
2000 medias aguas, un techo para Chile ha sido una de las acciones que este invierno
congregó a gran número de estudiantes universitarios a lo largo del país, y los
jóvenes de nuestra casa de estudios tuvieron en ella una presencia masiva.
Estudiantes de las diversas facultades, desde el área de las humanidades a las
ciencias, cambiaron días de descanso por guantes de trabajo, martillo y lo más
importante compartir con los sectores más desposeídos de nuestra sociedad.
Este ejemplo de los alumnos de nuestra casa de estudios sirve para reafirmar la
confianza en los jóvenes.
Paralelamente, la facultad de Odontología ha continuado con su trabajo en los sectores
rurales atendiendo a través de sus clínicas móviles en las séptima y octava regiones.
A lo largo de los años, la facultad de Odontología ha prestado este invaluable
servicio a grandes sectores de la población que sólo así tienen acceso a la salud
bucal.
El reto actual es propiciar un cambio de valores, de modo que la cultura solidaria sea
parte de cada día, y no sólo fruto de acciones ocasionales.
Así lo ha manifestado Naciones Unidas en este año de la Paz, invitando a construir
esta nueva forma de mirar al mundo, y dejando de lado la competitividad exacerbada que ha
dañado las estructuras más profundas de la sociedad contemporánea.
Chile fue un país solidario, y antes que el país existiera los grupos nativos lo eran
esencialmente. La cultura mapuche sigue teniendo como pilar fundamental este valor, que
los adultos estamos llamados a recuperar.