Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 381 

MIERCOLES 9 DE AGOSTO DE 2000

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Editorial
María Teresa Zegers y los "25 años de teatro en Chile"
Dejar testimonio de una época

"En Concepción sentimos la influencia del teatro y del ambiente cultural que allá se vivía", evoca María Teresa Zegers Nachbauer (casada con Sergio Búrquez, un hijo) al explicar su temprana afición por el teatro que concretó recientemente en un extenso trabajo de investigación que conforma su libro "25 años de teatro en Chile", presentado el 12 de julio pasado.

Periodista titulada en nuestra casa de estudios, donde obtuvo el Premio Universidad, tras una extensa carrera profesional, se desempeña en el departamento de Programas Culturales de la división de Cultura del ministerio de Educación y es comentarista de teatro en Radio Chilena.

-Recuerdo que era excelente en inglés y la mejor alumna de la promoción, ¿tenía vocación por el periodismo?

-Ninguna. Entré a estudiar por rebeldía, por contrariar a mi papá que quería que fuera abogada como él. Fui buena alumna porque mi fuerte era la redacción, la ortografía; me gusta escribir hasta hoy. Aprendí alemán en el colegio, por lo tanto el inglés me resultaba fácil. El Premio Universidad lo compartí con Diana Landsberger. Lo mejor para mí fueron los 500 escudos (se ríe). Recuerdo que el rector Edgardo Enríquez me los entregó y me dijo que había elegido hacerlo porque me conocía desde pequeña y se sentía orgulloso. Luego fui ayudante de los ramos que dictaban Mónica Herrera y Hernán Alvez, pero tampoco la academia me llamó mucho la atención. No era para eso. Yo quería ser editorialista, escribir, opinar, influir. Como ves no me resultó.

-¿Cómo recuerda sus años de estudiante?

-Como años hermosos, con un maravilloso despertar al mundo real, que no tenía idea que existía hasta entonces y que me hizo tomar una opción política fuerte. Eso que viví entonces hasta el día de hoy me mantiene con los ojos abiertos. Fuimos un curso algo desunido los primeros años y nos empezamos a hacer amigos y a querer mucho cuando egresamos. Hicimos cosas geniales como los carros tan feos para la reina, los disfraces que pedíamos prestados al Tuc, porque no teníamos plata para nada, pero el entusiasmo nos desbordaba. Entre los profesores, destaco a Alfredo Pacheco. El era justamente lo que yo quería ser, una persona con ideas que aportar, que escribiera muy bien, que fuera entretenido y divertido mejor aún. Le estimé mucho y fui a verlo cuando estaba enfermo en Santiago y le dije esto mismo.

-Hábleme del libro ¿cómo surge?

-En 1990 Luisa Ulibarri se hizo cargo de Programas Culturales y le interesaba rescatar lo sucedido esas dos décadas; si bien había información fragmentada, no existía un cuerpo que diera cuenta de lo que había pasado en artes visuales, cine, música popular, literatura y teatro. Se empezó a trabajar en cada uno de ellos y se me encargó el dedicado al teatro, que empecé en 1993. Durante este período registré, reuní el material, estuve en diversas bibliotecas, en definitiva investigué y, por el tiempo, se amplió a 25 años. Tuve muy presente que el afán central era salvaguardar el patrimonio cultural nuestro, dejar constancia.

-¿Qué es lo que más le gustó de este trabajo?

-Aparte de hacer el recuento, fue estudiar los perfiles de ocho dramaturgos que fueron los más importantes del período: Alfredo Castro, Mauricio Celedón, Marco Antonio de la Parra, Jorge Díaz, Ramón Griffero, Andrés Pérez, Juan Radrigán y Egon Wolf.

-Teatro chileno, ¿cómo lo califica en este cuarto de siglo?

-Ha habido de todo: risas y lágrimas, debut y despedida, auge y caída, teatro intimista, sicológico, político. Ha habido declamación y silencio, movimiento y gestualidad. En cuanto al teatro chileno me remito a lo que decía Eugenio Dittborn: nadie mejor que los chilenos para dar cuenta de lo que somos, el que nos representen tal cual somos gusta mucho. De ahí el éxito de La Negra Ester o de Nemesio pelao.... y antaño los super éxitos que fueron las obras de Heiremans, Debesa, Sieveking, Aguirre, del Ictus. Ahí estaba nuestra propia realidad y el público, a veces esquivo, lo acepta.

-¿Situación actual?

-Se nota el resurgimiento, la mejoría en la situación económica de los artistas y el apoyo estatal a través de los fondos concursables. Hay treinta compañías a lo largo de todo el país que trabajan eligiendo sus obras, montándolas y, de paso, descentralizando; que no todo sea Santiago. Hay una dinámica muy fuerte, interés por mostrar, concursar, montar obras. Si a esto agregamos el aporte que las Universidades hacen podríamos observar un claro resurgimiento teatral. Además se han creado varias escuelas de teatro.

-¿Tiene contactos con la Universidad?

-Soy número puesto en las reuniones de ex alumnos, además que algunas de mis mejores amigas son también de la Universidad, por lo que siempre hay un recuerdo, una nota, una nostalgia, una alegría compartida que tiene como escenario el plantel.

Mónica Silva Andrade