Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 380 

MIERCOLES 2 DE AGOSTO DE 2000

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Editorial
Edgar Madacceno Varas, químico farmacéutico:
"El cambio curricular nos hizo líderes en el campo laboral"

p12f19.jpg (14996 bytes)Madacceno lleva diez años como egresado de la facultad de Farmacia. Luego de trabajar en varias empresas que ya desaparecieron, hace un año presta sus servicios en La Serena, en el primer local de la cadena Cruz Verde que se instaló en la zona dentro del plan de expansión hacia el norte. Ya inserto en el mundo laboral está convencido que estudiar su carrera en la U. de Concepción fue la decisión más acertada.

"Siempre, desde la enseñanza media, me propuse la meta de entrar a esta Universidad y eso que soy serenense; hice unos avances estudiando ingeniería cuando conocí la carrera de farmacia. Me di cuenta que se amoldaba justo a mis capacidades y habilidades y a cómo podría desempeñarme en el futuro, así es que entré el 84 y salí el 90". Afortunadamente, pudo volver a su tierra natal, La Serena, y encontrar trabajo de inmediato en esta ciudad, prioritaria por los lazos familiares. Hoy trabaja muy a gusto y satisfecho ya que se ha podido realizar plenamente como persona y como profesional en el competitivo mundo laboral.

"La principal diferencia con los colegas de otras universidades es la calidad de la formación, mucho más actualizada de acuerdo a nuestra realidad profesional que se plasmó en una visión futurista de algunos académicos de la facultad que hicieron un cambio en el plan de estudios por los años 80, esto permitió adecuar nuestra formación y adelantarnos al resto, eso sin duda se ve reflejado en el hecho que mis colegas son más apetecidos en el mercado... si está la posibilidad de contratar y se presentan currículos de otras universidades, el hecho de ser de la U. de Concepción ya marca una diferencia a la hora de elegir, yo lo viví y lo experimenté incluso siendo alumno en práctica".

Madacceno está convencido que la U. aporta del 40 al 50 por ciento de la formación de los futuros profesionales, el resto se va adquiriendo en el terreno laboral, junto a una permanente actualización de los conocimientos.

"Estoy bastante satisfecho con mi carrera, siempre donde voy hago notar que estudié en la U. de Concepción; para mí el hecho de ser profesional va acompañado con haber estudiado ahí, eso marca la diferencia con otros profesionales. Incluso yo uso la chapita en el delantal, de esa manera atiendo a público que también es egresado. Me he dado cuenta que aquí en La Serena hay bastantes exalumnos. Haciendo uso de internet, entro en la página de la U. y veo si hay otros colegas que se hayan inscrito en la casilla de exalumnos; aquí hay varios que son de La Serena que tienen sus datos actualizados".

Este farmacéutico considera que su vida universitaria fue bastante especial con respecto a otras generaciones, debido a los años de agitación política que se vivieron mientras estudiaba.

Indica que hay bastante colegas nuevos que están llegando a La Serena. "He visto que las nuevas generaciones tienen otra mística, en esas épocas compartíamos más que dedicarnos a competir por las notas. Había paros de dos meses y teníamos que inventar algo, eso nos prolongaba los años académicos, fueron tres o cuatro años en los cuales el año terminaba el 31 de enero y volvíamos el veinte y tanto de febrero a recuperar clases, pero compartíamos mucho independientemente de los colores políticos. He notado que a las nuevas generaciones les falta esa mística, egresan de la U. y cada uno por su lado".

En cuanto a los académicos que aún recuerda, el profesor Maturana, farmacéutico pero profesor de la facultad de Química, se constituyó en casi un mito. "Siempre los que nos aterrizaron nos marcaron más, en este caso el profe Maturana fue el primer gran escollo que enfrentamos como estudiantes, la gran barrera, tuvimos que sacrificarnos bastante para pasar esa valla y al final ese sacrificio nos marcó como personas, nos hizo cambiar de rumbo y tomar otros hábitos de estudio".

Son muchos los recuerdos que lo atan al pasado. Hoy, casado, dos hijos y plenamente establecido en La Serena, aún extraña los siete años que vivió en Concepción, e incluso la diferencia climática. "Echo de menos esas lluvias en que uno caminaba y a tres metros no veías nada, cuando alguna vez llueve aquí en el norte, con mi señora salimos a mojarnos sólo para recordar esos tiempos". Tanto es así que en cuanto tiene oportunidad y pasa por Concepción de vacaciones, el campus es un paseo obligado para recordar y ver a algunos profesores con quienes mantiene contacto.

Ximena Bertin Espinoza