Un mundo cada día más globalizado es
el que caracteriza la vida en la actualidad.
El funcionamiento en redes, la economía a través de internet, el comercio
internacional, la investigación mundial son las características de nuestro mundo.
Las universidades no están ajenas a este fenómeno, y la nuestra en los últimos
años ha hecho esfuerzos serios por incrementar su inserción internacional.
La reciente gira de las autoridades universitarias a tres países europeos se
inserta dentro esta política.
Los contactos con los países europeos, que evidentemente se habían realizado
previamente utilizando todas las tecnologías disponibles, alcanzan su punto de mayor
eficacia cuando se produce el encuentro cara a cara.
Esto, pone en evidencia, que si bien el uso de los diferentes medios facilita el
traspaso de información, en definitiva las organizaciones, y en este caso las
universidades, requieren encontrarse con sus pares, y establecer vínculos que permitan el
avance en los conocimientos.
Uno de los peligros que enfrentan los países del Tercer Mundo, y Chile no es
indiferente al problema, es el hecho que el veloz crecimiento de las comunicaciones a
través de las redes, está acrecentando la distancia entre los países con mayor
desarrollo y aquéllos que están al margen de ella.
Cientistas han puesto en discusión este tema, pues estiman que la realidad de los
países del mundo en desarrollo, que permite que sólo algunos sectores accedan a los
beneficios que reporta el uso de las nuevas tecnologías, no hace sino incrementar la
brecha entre los países pobres y los países más ricos.
Conviene tener presente que Chile ha tenido un descenso en el crecimiento del uso
de internet en sus distintos ámbitos, especialmente el comercial, y que además el
porcentaje de la población que accede a estos sistemas -pese a los esfuerzos de los
gobiernos- es minoritario.
En esta carrera, propia de la sociedad de la información que estamos viviendo, es
importante no quedarse atrás, para poder participar de las bondades y ventajas de esta
forma de vida, pero también es imprescindible no perder el norte, y recordar que detrás
de todas las tecnologías, están las personas.