Luego de la visita del docente argentino Natalio Kisnerman al seminario-
taller "Trabajo social, identidad y especificidad profesional", realizado el 26
y 27 de abril en nuestra Universidad, los nuevos enfoques respecto al servicio social
cobraron mayor importancia.
Desde hace varios años existe un grupo de docentes del departamento que se adhiere al
movimiento de reconceptualización del trabajo social, que ostenta a Kisnerman como uno de
sus exponentes.
El profesor Mario Quiroz es uno de ellos. Trabajador social y docente de la Universidad
de Concepción, Quiroz es también profesor de posgrado en la Pontificia Universidad
Católica de Lima y sus cátedras se basan sobre una sola idea: transformar el trabajo
social en una "disciplina, implicando su operar tecnológico y su adherencia al
pensamiento complejo, definiéndola, en definitiva, como una profesión compleja y
transdisciplinaria". Compleja porque intenta abarcar la globalidad de la
problemática social, y transdisciplinaria, porque pretende sobrepasar las fronteras del
conocimiento parcial creando un lenguaje sistémico y codificado para todas las
disciplinas.
Esta nueva postura, explicó Quiroz, reivindicatoria del trabajo social, ya se está
practicando en otros países latinoamericanos como Colombia y México y tiende a
transformar la visión del trabajo social como una tecnología social, predominante en la
década de los setenta, a la de una disciplina que involucre el operar tecnológico, pero
que se base en la creación y producción de conocimiento.
Innegable para el profesor Quiroz, es la relación que debe existir entre el servicio
social y el pensamiento complejo, ya que éste se aleja de las visiones positivistas,
reduccionistas, parcializadas y simplistas de la realidad, enfocándose en perspectivas
más holísticas y construccionistas que desafían los criterios de verdad, universalidad
y objetividad.
Para Quiroz es imprescindible entender que el trabajo social es sobre todo una
profesión humana, en la que no existe una sola verdad ni la objetividad por tantos
ansiada. Es necesario que se comprenda que el objeto de estudio del servicio social es la
problemática social y es imposible que el trabajador social no se involucre en ella como
ser humano.
Este nuevo modo de entender el trabajo social, muy personal y no representativo del
pensamiento del departamento, como recalcó el profesor Quiroz, le devuelve la real
importancia a la carrera de servicio social, ya que este aporte a la investigación y al
conocimiento sienta las bases para que esta carrera se constituya en licenciatura, anhelo
de varios docentes del departamento.