Revista Panorama

CONCEPCION CHILE N. 366  

MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 2000

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Editorial
Lucy Ortiz, enfermera

"En ésta, mi casa de estudios, viví momentos inolvidables"

Aquellas personas que se dedican a entregar su tiempo y sus talentos a la ayuda a los demás, pareciera que tienen marcado en su semblante y en sus gestos esa bondad que emana de su personalidad. Lucy Ortiz o Lucy Paicius como está más acostumbrada que la llamen es una enfermera egresada de nuestra casa de estudios que emigró el año 1961 a los Estados Unidos para aprender más en su especialidad y allí quedó atrapada por su vocación y por un compromiso matrimonial que llenó toda su vida. entrevista.jpg (16853 bytes)

Está de visita en casa de su hermano, el médico gastroenterólogo Patricio Ortiz y allí recibe a Panorama. Su viaje, como muchos otros que realiza a menudo, es ocasión para recorrer a sus amistades, recordar tiempos de un Concepción que se fue con el calendario y los cambios.

"Entré a estudiar en 1954 y me recibí en 1958, comienza a contar. De inmediato me puse trabajar para la sociedad Lota y Schwager en Coronel como asistente de enfermera jefe. Allí adquirí una experiencia bastante buena. Como me gustaba la cirugía y la parte traumatológica, decidí ir a Estados Unidos a ver cómo era el sistema de enfermería, a aprender un poco. Bueno, conocí a quien fue mi esposo y me casé. El era un ingeniero, Alfonso Paicius.

- ¿En qué lugar estaba la escuela cuando comenzó sus estudios?

Estaba en la calle Colo Colo y nuestra directora era la Gladys Peake, profesora que fue un modelo ejemplar para nosotros. Teníamos un sistema donde el paciente era lo más importante del mundo; en que el ser humano tenía que mejorarse y uno tenía que prevenir los problemas y las enfermedades en la parte sanitaria como experiencia y la parte de medicina interna. Junto con recordar a la primera directora de Enfemería, recuerdo a otras profesoras como Ruth Aburto, Irene Bocaz, Marta Aburto, que fue un modelo para nosotros en el Hospital Regional como instructora . También a María Figueroa y Angela Saragoza.

- ¿Qué relación había con la facultad de Medicina en ese tiempo?

Solamente teníamos los profesores. El título que tengo esta firmado por el rector don Enrique Molina Garmendia.

- ¿Por qué estudió Enfermería?

Creo que por una vocación de servicio que adquirí en mi hogar. Mi padre siempre nos mandaba a cooperar en los tiempos en que había huelgas. Tenía una tía que era matrona, entonces íbamos a ayudar al hospital. Mi padre trabajó en el departamento de Ionósfera de la Universidad de Concepción y era marino jubilado. Él siempre nos decía: "hay que ayudar al prójimo, hay que ayudar al prójimo, hay que atender a esa gente necesitada". Entonces, íbamos al asilo de ancianos, al hospital a ayudar a la sala de parto, a limpiar a las madres, y todo eso era cuando estudiábamos en las humanidades. Recuerdo con nostalgia y con emoción aquellos domingos que partíamos a ayudar a los viejitos y darles de comer. Todo eso era para mí lo más interesante: ver el cuidado y el esmero con que se hacía la atención.

Así fue como me interesé por ayudar a esos enfermos, tener que cuidarlos y mandarlos en buenas condiciones a su casa. Tenía muchos ideales, respecto a la prevención.

- Con esa escuela de sus padres ustedes desarrollaron un sentido de ayuda y de caridad.

Así fue. Nosotros fuimos cuatro hermanos, tres enfermeras y un médico. Sandra, se recibió acá y está en el Servicio de Salubridad como instructora del personal; Patricio fue médico. Con mi hermana Julia, que reside en Estados Unidos, éramos las famosas mellizas de la escuela de Enfermería. Las dos fuimos enfermeras, ella en la parte sanitaria en Estados Unidos y yo en la parte hospitalaria.

El año 61 me radiqué en aquel país. Tomé muchos cursos especiales, hice también muchos cursos de inglés, y esos cursos me ayudaron mucho para llegar al tope de la enfermería en Estados Unidos. Me siento orgullosa como latina y nacida en Concepción. Allá estuve 5 años en diálisis, también estuve en Corazón Abierto, en el condado de Los Angeles. Trabajé para el condado de Los Angeles, 32 años y medio.

Jubilé hace dos años. Quería salir, viajar bastante porque he trabajado mucho.

Viajo a menudo a Chile. Quiero mucho a mi país. Encuentro que Estados Unidos tiene todo lo que me ha dado, pero aquí encuentro el cariño de la gente como es el chileno acá, la familia, las comidas típicas que no existen allá, las humitas, las frutas y el tiempo que nos damos, y la parte cálida de una ciudad.

Si yo tuviera que decidir y volver tendría que ser a la Universidad de Concepción, Tuve momentos muy alegres y experiencias ricas e inolvidables.