CONVERSIÓN TERMO QUÍMICA DE BIOMASA PARA OBTENCIÓN DE BIO OIL
Investigadores de
nuestra casa de estudios
desarrollaron una tecnología
propia de pirólisis flash para
la elaboración de bio oil
a partir de aserrín y otros
residuos forestales, que tiene
como base un sistema de
lechos fluidos múltiples..
El creciente interés en la promoción
de políticas energéticas que
apuntan a dar mayor estabilidad
al desarrollo económico, en un
escenario de escasez de las energías
tradicionales, ha impulsado la
búsqueda de fuentes alternativas
a éstas y, por tanto, de tecnologías
para su obtención.
En este escenario se ha producido una
revitalización de las tecnologías de
pirólisis de biomasa -descomposición
química del material a altas
temperaturas en ausencia de
oxígeno- particularmente la pirólisis
flash (ultra rápida) para generar un
combustible líquido llamado bio oil.
Siguiendo esa tendencia y como
parte de un proyecto Fondef
iniciado en 2009, investigadores
de nuestra casa de estudios
desarrollaron una tecnología propia
de pirólisis flash para la elaboración
de bio oil a partir de aserrín y otros
residuos forestales, que tiene como
base un sistema de lechos fluídos
múltiples, creado por el académico
de Ingeniería Metalúrgica, Igor
Wilkomirsky -también con apoyo de
Fondef para Codelco y Cementos Bío
Bío- destinado a la neutralización
de gases.
Wilkomirsky, director alterno
de la iniciativa, explica que hoy
existen tecnologías de pirólisis
flash para la obtención de bio oil
en Estados Unidos y Canadá y varias
en desarrollo en distintos países
de Europa, pero todas –aclara- “distintas a la nuestra”.
La tecnología local consta de 3
reactores con lechos fluidizados
en serie, más un sistema rápido
de condensación que ya han sido
probados a través de una planta
piloto instalada en la Unidad de
Desarrollo Tecnológico (UDT) de la
Universidad.
Los tres reactores operan
simultáneamente y en serie. En
el primero se calienta una arena
fina de cuarzo fluidizada, que
recircula permanentemente entre
los 3 reactores para mantener la
temperatura; mientras que en el
segundo, se piroliza el aserrín.
El tercero aporta temperatura
al sistema, con gases calientes
originados en la descarga de la
arenilla del reactor de pirólisis
y la combustión del carboncillo
resultante del procesamiento flash
de pirólisis del aserrín.
Los vapores generados en el proceso
son enfriados y condensados
en forma rápida para obtener
finalmente el bio oil.
Es un proceso instantáneo, que –explica- ocurre “idealmente en
una fracción de segundo” y que, por
otro lado, prácticamente no genera
emisiones. “La generación neta de
dióxido de carbono es cero o neutra, en comparación con el petróleo que
sí aumenta el contenido del C02 en
el ambiente”.
Este diseño original ha dado pie a
la solicitud de patentes –en Chile,
Estados Unidos, Canadá, Brasil y
la Unión Europea- tanto para el
sistema de 3 reactores como para
el de enfriamiento.
Las pruebas en planta muestran que
por cada kilo de materia prima se
producen entre 600 y 700 gramos de
bio oil, un combustible equivalente
al fuel 6, aunque de menor poder
calorífico, que puede ser usado
en calderas, hornos de cemento y
sistemas de calefacción central en
edificios grandes y, si es refinado,
eventualmente podría llegar a ser
utilizado en vehículos.
Y si bien sólo tiene un 55% del
poder calorífico del petróleo diesel,
sus costos de producción aparecen
bastante convenientes. “El valor
de producción, todavía en cifras
muy preliminares, sería de más o
menos 40 dólares el barril contra
100 del petróleo diesel. Por lo tanto
es competitivo a pesar de tener
menor poder calorífico”, afirma.
En los primeros ensayos, la planta
ha operado con hasta 30 kilos de
aserrín por hora, pero en capacidad
plena se estima podría llegar a 50
kilos. “Eso significaría procesar
1.2 toneladas (de aserrín) al día,
si la planta estuviera en trabajo
continuo”, señala Wilkomirsky.
Completamente armada en la UDT,
la unidad de pruebas ha demostrado
la factibilidad de producir el
combustible líquido. Sin embargo
aún hay algunas dificultades que
superar y que, como indica el
académico, son propias de la
aventura de desarrollar una nueva
tecnología. A pesar de esto, los
investigadores están conformes
con los avances alcanzados hasta el
momento.
Los resultados obtenidos y el
diseño de la planta permiten
inferir que el escalamiento a una
unidad comercial puede hacerse
en forma lineal para la mayoría
de los componentes del sistema. “Plantas comerciales podrían
tratar desde 10 a 100 toneladas
de aserrín por día, con un costo de
inversión premilitar estimado de 5
a 30 millones de dólares”, afirma el
doctor Wilkomirsky.
PRODUCTOS DE ALTO VALOR
El proyecto considera además una
estrategia de refinación del bio oil,
en una serie de fraccionamientos,
para obtener de manera selectiva
productos químicos de alto valor y
demanda en el mercado.
Entre las alternativas que se barajan
en el proyecto está el desarrollo de
nuevas resinas naturales, del tipo
fenolformaldehído, para reemplazar
las de origen sintético, y el uso de
fracciones del combustible para
la formulación de aditivos de
ensilaje.
El negocio integrado de productos
químico-combustibles permite
agregar valor a los residuos
forestales y sustituir productos
importados derivados del
petróleo, disminuyendo así la
dependencia del país del petróleo;
realizando, además, un aporte a la
diversificación energética.
|