I+D

 

Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 23 - Diciembre 2010

 

Portada
Editorial
Sumario
Versión PDF
Anteriores
 
Equipo
Contacto

 

SEMINARIO INTERNACIONAL

CAMBIAR LA CULTURA EN TORNO AL AGUA: EL GRAN DESAFÍO REGIONAL

Ante el estrés hídrico que, sin duda, afectará a la Región en su conjunto ante los efectos de actividades antrópicas y procesos naturales, será clave la sistematización de la educación y la generación de normas de emisión y de calidad para tener mejores instrumentos de gestión ambiental.

El terremoto que afectó a nuestro país A principios de año, no sólo tuvo un significativo impacto económico, sino también social y medioambiental. En ese contexto, el Centro Eula define la catástrofe como una oportunidad para repensar un nuevo modelo de desarrollo sustentable, principalmente en cómo el sistema de suministro de agua potable y saneamiento debe abordar los desafíos planteados por el cambio climático.

La Región del Biobío basa su economía fundamentalmente en la explotación de recursos naturales, por lo que el uso que se haga del agua para la sustentabilidad de las respectivas actividades y el bienestar de la sociedad es un tema importante. En ese sentido, el desafío de esta zona se relaciona con la integración de estrategias que aborden la gama completa de las perturbaciones de los ecosistemas, desde acontecimientos catastróficos como terremotos y tsunamis, a los cambios de largo plazo inducidos por el cambio climático.

En conjunto con el International Development Research Centre de Canadá (IDRC), el Centro de Ciencias Ambientales Eula Chile organizó el workshop internacional Agua, innovación, cambio climático y desastres naturales: impactos y perspectivas para la Región del Biobío, que tuvo como objetivo evaluar debilidades y fortalezas del sistema regional de agua y cómo éste puede responder mejor a las incertidumbres del cambio climático en la Región del Biobío.

UN NUEVO ENFOQUE

El director del Centro Eula, Oscar Parra, advierte que para la Región del Biobío se espera un incremento de la temperatura de 3 a 4 grados, así como una disminución de las precipitaciones cercanas al 20 por ciento, también habrá variaciones en la cobertura de nieve y elevación de altura del nivel del mar. Todo ello, advirtió, debe ser tomado en cuenta al evaluar ambientalmente cada uno de los proyectos que se desarrollen en la zona. De acuerdo a los escenarios predictivos, aseguró, ello generará una disminución en la cantidad de agua, efectos sobre el potencial hidrológico, produciendo incertidumbre para la agricultura y efectos en el borde costero y, por lo tanto, en los stocks de pesca. A nivel estatal, uno de los grandes desafíos que habrá que enfrentar tiene que ver con la elaboración de normas de calidad del agua.

En la Región existe un proyecto en ese sentido aplicado al río Biobío y afluentes, aspecto que deberá ser seguido en el país, de lo contrario no habrá instrumentos que permitan adecuar el uso de los recursos hídricos. A juicio del director del Servicio de Evaluación Ambiental, Bolívar Ruiz, ello exige grandes inversiones porque se necesitan estudios, análisis de impactos sociales y económicos de cada proyecto.

Con ellos coincidió el rector Sergio Lavanchy, señalando que el sostenido crecimiento económico de Chile ha generado importantes efectos colaterales no deseados, que no contribuyen al desarrollo sustentable. Frente a la vulnerabilidad de territorio que experimenta nuestra Región, tanto por los desastres naturales como por los efectos del cambio climático, el Rector señaló que abordar estas situaciones requiere de miradas multi e interdisciplinarias; “nuevos enfoques y nuevas metodologías que deberán abordar además la participación activa de la sociedad y de los sectores sociales involucrados”.

Lavanchy enfatizó en que en esta Región “el recurso agua constituye un elemento gravitante que, en el último sismo, fue fuertemente impactado tanto en sus usos como en su condición natural. Por ello es necesario crear conciencia sobre la necesidad de generar políticas
públicas con enfoques innovadores que den cuenta de los nuevos escenarios. Queremos asegurar con buena ciencia, con buena tecnología, con buenos hábitos, el mejor uso del recurso hídrico, gravitante en una economía como la nuestra”.

CULTURA Y EDUCACIÓN

Oscar Parra fue enfático en destacar los tres elementos que caracterizan a la Región del Biobío y que, dijo, deben ser integrados en cualquier visión de desarrollo. Ellos son los desastres naturales que habitualmente golpean la zona; el cambio climático y las intervenciones antrópicas. A su juicio estos influyen los recursos hídricos y generan incertidumbres que afectan nuestra vida en sociedad.

Parra señaló que, pese a que nuestro país es rico en el recurso hídrico, existe una distribución desigual a lo largo de su geografía. En ese sentido, dijo que en la Región del Biobío el recurso agua es suficiente pero no en exceso, por lo que es necesario cambiar la cultura en torno a él, sobre todo considerando que nuestraeconomía se basa en la explotaciónde recursos naturales.

Parra señaló que los problemas ambientales y sus efectos en el recurso hídrico se vieron aumentados luego del terremoto de febrero, provocando alzamiento en el borde costero, problemas en vaciado y morfología de los ríos (cuyos resultados aún son desconocidos) y mútiples interrogantes con respecto a riesgos e impactos debido a la incertidumbre de cómo se comportarán los sistemas de agua.

Bolívar Ruiz, concordó con Parra y manifestó la necesidad de enseñar y capacitar a las personas acerca de que el cambio climático no es algo puntual y temporal, lamentando los escasos conocimientos sobre las implicancias de este proceso.Entre los desafíos innegables que debe enfrentar la Región, Ruizmencionó la necesidad de elaborar normas de calidad del agua y de emisión, lo que implica un gran esfuerzo del Estado. También se refirió a los desafíos en infraestructura, principalmente en las zonas urbanas costeras, y en la necesidad de analizar las propuestas para enfrentar la disminución de recursos hídricos de cara a eventuales desastres naturales, lo que implica adecuar la institucionalidad, y educar a la población.

EXPERIENCIAS INTERNACIONALES

De la valoración económica del recurso agua habló Ari Michelsen, director de Investigación y profesor en Economía de Recursos Naturales, Texas AgriLife Research Center at El Paso, Texas A&M System, Estados Unidos, quien coincidió con Ruiz en el sentido de que la gente no cree en que el cambio climático esté ocurriendo.

A través de una visión sistémica acerca de las perspectivas en la disponibiidad de agua, y un análisis sobre la medición de costos que implica el cambio climático, el especialista concluyó la necesidad de trabajar de manera conjunta, y señaló que existen herramientas y estudios disponibles que son posibles de extrapolar a la realidad chilena.

Evens Emmanuel, decano de la facultad de Ciencias e Ingeniería y director del Laboratorio de calidad de agua y medioambiente (Laque), Universidad Quisqueya, Haití, se refirió a la calidad microbiológica de agua para consumo humano en los campos de Puerto Príncipe despuésdel terremoto de Enero 2010, ocasión en la que dejó en evidencia la acción irreflexiva de los servicios gubernamentales que enterraron más de cien mil cadáveres en el perímetro de uno de los acuíferos que surtía de agua a una de las poblaciones más pobres de Puerto Príncipe. Ello provocó grandes impactos en la calidad microbiológica del agua, especialmente en épocas lluviosas, y causando nocivos efectos sobre la salud humana.

Sobre la Ciencia del Cambio Climático en Idaho habló Carter Border, del Center for Ecohydraulics Research, University of Idaho, Estados Unidos, quien destacó la aplicación de un método holístico que permita dar una mirada más amplia al tema. Señaló, además, que tienen un centro regional para entender lo que está ocurriendo en este nivel y establecer redes de colaboración entre los distintos actores.

Finalmente Darren Swanson, director del programa de Medición y Evaluación, Instituto Internacional para Desarrollo Sustentable (IISD), Canadá, se refirió a La creación de políticas de adaptación: guía para la elaboración de políticas en un mundo incierto. Para ello presentó siete instrumentos que ayudan a la aplicación de estas políticas adaptativas.

AGUA, CAMBIO CLIMÁTICO Y DESASTRES NATURALES

Especialista principal del programa Cambio climático y agua de la Oficina Regional para América Latina y El Caribe, del Internacional development research centre de Canadá, IDRC, Walter Ubal explica que uno de los objetivos principales de su institución es apoyar y priorizar la investigación en países en desarrollo, realizada por sus propios científicos. Entre las áreas de su interés se encuentra la de cambio climático y agua, en la que trabaja Ubal, que está iniciando su plan quinquenal 2010-2015.

Explica que no sólo se trabajan políticas a este nivel, sino que también se busca cómo generar capacidades técnicas, profesionales y académicas. De tal modo, este taller que se realizó en Eula “surge de la necesidad que generó el impacto provocado por el terremoto. Ello se presenta como una oportunidad para convocar a todos los actores que trabajan en la zona, no sólo los integrantes del sector público y privado, sino también a toda la comunidad. En un sector que revela debilidades en su proceso de desarrollo es una buena ocasión para pensar una nueva realidad en el tema del agua, en cuanto a las restricciones y oportunidades que genera”.


 

 

 
     
 
 
     
 
Universidad de Concepción
® Universidad de Concepción
Dirección de Investigación