| EL CRÍPTICO CICLO DEL AZUFRE 
                          EN LA ZONA DE MÍNIMO OXÍGENO Un estudio realizado por un equipo internacional 
                          frente a las costas de nuestro país da nuevas 
                          luces sobre la dinámica de estas áreas 
                          del océano. Hasta ahora se pensaba que el ciclo del nitrógeno 
                          dominaba la biogeoquímica y la ecologíamicrobiana en las zonas de mínimo oxígeno 
                          (ZMO) en ambientes marinos.
 Pero un estudio realizado por un equipo científico 
                          de Estados Unidos, Dinamarca y Chile, frente a las costas 
                          de nuestro país, y publicado en la edición 
                          del 3 diciembre de Revista Science, da nuevas luces 
                          sobre la dinámica de estas áreas especiales 
                          del océano. Los científicos observaron que, en estas áreas 
                          deficientes en oxígeno, junto al ciclo del nitrógeno 
                          coexiste uno propio del azufre, algo inesperado de acuerdo 
                          a los textos de microbiología. El académico del departamento de Oceanografía 
                          e investigador del Centro Copas, Osvaldo Ulloa, señala 
                          que hasta ahora no se pensaba que la actividad microbiana 
                          asociada al ciclo del azufre pudiera ocurrir en aguas 
                          abiertas del océano con bajo contenido de oxígeno. Este ciclo estaba circunscrito sólo a los sedimentos 
                          del fondo del mar o a aguas estancadas con muy poca 
                          ventilación, como en ciertos fiordos o cuencas 
                          semi-cerradas, donde ciertas bacterias respiran 
                          la materia orgánica con sulfato en vez de oxígeno, 
                          produciéndose la acumulación de ácido 
                          sulfhídrico, explica el oceanógrafo 
                          que integró el equipo responsable del estudio. Este gas altamente tóxico -que se reconoce por 
                          el olor característico a huevo podrido y que 
                          se produce durante la descomposición bacteriana 
                          de la materia orgánica en ausencia de oxígeno- 
                          también puede ser utilizado como fuente de energía 
                          por otras bacterias que, aloxidarlo, detoxifican el ambiente.
 Las observaciones realizadas a bordo del buque oceanográfico 
                          de la Armada Vidal Gormaz en distintas estaciones en 
                          la ZMO frente a Iquique, demostraron que en la columna 
                          de agua existe un ciclo del azufre muy activo. Esto, 
                          agrega el científico, no se consideraba posible, 
                          ya que la presencia de nitrato en el agua de mar algo 
                          que abunda en el océano- no favorece un ciclo 
                          activo del azufre, desde la perspectiva termodinámica. 
                          Además, a diferencia de lo que se observa 
                          en fiordos o cuencas semi-cerradas, donde el ácido 
                          sulfhídrico se acumula y el nitrato desaparece 
                          totalmente, en las zonas de mínimo oxígeno 
                          oceánicas no se detecta la presencia de este 
                          gas tóxico en el agua de mar. Por esa dificultad de ver el ácido 
                          sulfhídrico, los científicos han presentado 
                          a este proceso como un ciclo críptico. Pero las evidencias llegaron de manos de sofisticadas 
                          técnicas.  BACTERIAS AMANTES DEL AZUFRE A través de la secuenciación masiva de 
                          ADN ambiental (metagenómica), los investigadores 
                          encontraron abundancia de microorganismos que participan 
                          en el ciclo del azufre y diversos genes bacterianos 
                          que codifican enzimas que les permiten consumir 
                          este elemento. Con técnicas geoquímicas muy precisas 
                          (de alta sensibilidad) pudieron, además, determinar 
                          las tasas a las que las bacterias están produciendo 
                          ácido sulfhídrico en la columna de agua. Los investigadores observaron, al mismo tiempo, que 
                          en lugar de acumularse, el gas era oxidado inmediatamente 
                          -probablemente con nitrato- por otras bacterias. Esta 
                          era una de las razones por las que el ciclo del azufre 
                          permanecía escondido. Este estudio da una nueva mirada a las ZMO. La comprobación 
                          de la existencia de este nuevo ciclo, abre también 
                          nuevas interrogantes. El doctor Ulloa señala que en Namibia (Sudáfrica) 
                          existe una zona de mínimo oxígeno similar, 
                          pero -a diferencia de lo que ocurre en nuestro país- 
                          ese sistema es menos productivo. Esto se debería 
                          a que allí sí se está produciendo 
                          la acumulación de ácido sulfhídrico 
                          en la columna de agua. En el caso del área de estudio frente a las 
                          costas de Chile, el gas es consumido inmediatamente 
                          por otras bacterias que evitan así que el ambiente 
                          se vuelva tóxico. Aunque constituyen una pequeña porción 
                          del océano, estas zonas afectan desproporcionadamente 
                          al ciclo del nitrógeno a nivel planetario. Es 
                          allí donde dice el investigador- los océanos 
                          pierden masivamente nitrógeno, un nutriente esencial 
                          para su productividad. Una interrogante que surge de esta investigación 
                          es si la situación actual, que permite la detoxificación 
                          de las aguas, se mantendrá o puede cambiar. Las predicciones del cambio climático por el 
                          calentamiento global indican que estas zonas podrían 
                          reducir cada vez más sus niveles de oxígeno 
                          y, con una menor disponibilidad de nitrógeno, 
                          la acumulación de ácido sulfhídrico 
                          haría a estos ambientes más tóxicos, 
                          poniendo en peligro la supervivencia de los recursos 
                          marinos. El funcionamiento de estos ecosistemas se ha considerado 
                          hasta hoy fuertemente dependiente de microorganismos 
                          que utilizan compuestos nitrogenados para su metabolismo; 
                          pero a la luz de esta investigación, está 
                          claro que las bacterias que se alimentan de azufre también 
                          tienen mucho que decir.           |