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Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción - Nº 22 -septiembre 2010

 

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MAR DE ESPERANZA


UNIVERSIDAD APOYA A PESCADORES ARTESANALES

Recuperada parcialmente la capacidad de captura, el desafío es agregar valor a los productos, generar centros de acuicultura y gestionar adecuadamente las áreas de manejo.

Uno de los sectores más afectados producto del terremoto y tsunami del 27 de febrero fue el de los pescadores artesanales de las distintas caletas de la Región del Biobío. Además de sus viviendas, la pérdida de sus equipos de trabajo (embarcaciones, motores y artes de pesca), es muy significativa y representa un alto porcentaje del total en operación antes del siniestro. Según un diagnóstico efectuado al sector, la pérdida total fue de aproximadamente 500 embarcaciones y un número mayor de motores.

Dada la naturaleza y magnitud del problema, así como la importancia que este sector tiene en el aparato productivo de la Región, nuestra Universidad junto a Radio Biobío, la empresa Celulosa Arauco y Constitución, y la federación regional de Pescadores Artesanales de Biobío, Ferepa, consideraron como imprescindible que esta situación sea abordada con una visión regional, que convoque la participación de actores relevantes y referentes a nivel nacional y regional.

De tal modo, las cuatro instituciones suscribieron un convenio de colaboración donde acordaron la creación y operación de un programa de transferencia tecnológica para pescadores artesanales de la región del Biobío, con la finalidad de asistirlos en la implementación de soluciones tecnológicas y productivas que les permitan recuperar sus fuentes de trabajo. Este programa lleva por nombre Mar de Esperanza.

Para el rector Sergio Lavanchy esta iniciativa aparece como muy efectiva para resolver los problemas que afectan a los pescadores artesanales. La autoridad señaló el interés y compromiso de nuestra casa de estudios para que los resultados de este programa se materialicen en el plazo más corto posible.

El gerente regional de Radio Biobío, Mauro Mosciatti, coincidió con Lavanchy en la necesidad de respuestas rápidas. “Lamentamos no haber implementado este proyecto el mismo día 28 de febrero”.

La campaña puede conocerse en www.mardeesperanza.cl y ya ha
provisto a 19 pescadores de embarcaciones y artes de pesca, beneficiando a un número aún mayor de familias afectadas por el
terremoto y tsunami de febrero.

RAPIDEZ Y ESPÍRITU REGIONAL

Así como el Rector destaca el que “empresas tan distintas haya podido llegar a acuerdos comunes en aspectos específicos que van en beneficio de todos”, Mosciatti dijo que “queremos dar señales de que se pueden hacer asociaciones para que las cosas funcionen y hayan respuesas concretas en el corto plazo, ya que la gente no puede esperar”.

La rapidez en las soluciones y el espíritu regional de la iniciativa fueron dos aspectos mencionados por Iván Chamorro, gerente de Asuntos Públicos de Arauco S.A. “Para nosotros el que esta articulación se haya producido nos causa un gran orgullo. Creemos que es preciso dar las herramientas necesarias para que los pescadores vuelvan a trabajar y a hacer navegar sus sueños”.

En tanto para el presidente de Ferepa, Hugo Arancibia, este proyecto refuerza el rol que debe jugar la Región.

La campaña, que puede conocerse en www.mardeesperanza.cl, proveerá, al menos, a 120 pescadores de embarcaciones definitivas,
completamente equipadas y listas para salir a pescar o bucear, según sea la actividad que desarrollan los beneficiarios. Cada uno de estos kit tiene un costo de entre 8 y 10 millones de pesos, y para adquirirlos cualquier aporte es válido, informó Marcelo Molina, coordinador del Programa Mar de Esperanza, quien señaló que a la fecha, se han reunido aproximadamente US$ 500.000 provenientes de cientos de personas, empresas e instituciones nacionales y extranjeras.


FUTURO DE LA ACTIVIDAD

El esfuerzo efectuado por Mar de Esperanza, más el de otras instituciones públicas y privadas, está permitiendo, en el corto plazo, que los pescadores puedan recuperar la capacidad de captura existente antes del terremoto, y es muy probable que incluso la superen. Además, con estos programas de apoyo, la tecnología que emplearán los pescadores para sus actividades extractivas, será mucho mejor que la que disponían, lo cual es un hecho muy positivo, porque la desgracia se ha transformado en una oportunidad.

Ciertamente, no debemos conformarnos sólo con recuperar la capacidad existente, sino que el desafío es poder mejorar la productividad de la pesca artesanal, agregando valor a los productos que se comercializan, introduciendo en el negocio nuevas especies, a través de la creación de centros acuícolas y aprovechando al máximo las oportunidades que brindan las áreas de manejo, dijo Molina.


OTRAS DOCE EMBARCACIONES

Cada bote equipado, de 8,06 metros de eslora, permite que hasta 4 pescadores se vean beneficiados, por lo que esta campaña es el primer impulso para recuperar la capacidad productiva de las caletas.

Los pescadores beneficiados hasta ahora son Héctor Fernández y
Sebastián Martínez, caleta Llico; Alejandro Cruces y Daniel Millaquén, Caleta Tubul; Segundo Sáez y Pedro Fuentes, caleta Dichato; Juan Garrido, Erwin Romero Gómez y Pedro Méndez, caleta Coliumo; Alejandro Durán y José Mendoza, caleta Candelaria; José Orrego y Hugo Medina, caleta Perales; Juan Carlos Osses y Raúl flores, Cobquecura; Luis Coloma y Pedro Méndez, de caleta Cocholgüe; César Salazar y René Contreras de caleta Punta Lavapié.

Además, a la fecha hay 12 embarcaciones pendientes de entrega, las que irían en ayuda de pescadores y buzos de Penco-Cerro Verde, Llico, Talcahuano-El Morro, Laraquete, isla Mocha, Coliumo y Tubul.

 

 

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