INVESTIGADORES Y EMPRESAS BUSCAN COMBATIR ENFERMEDADES FORESTALES MÁS DESTRUCTIVAS
La enfermedades cancro
resinoso del pino (Fusarium
circinatum), y daño foliar del
pino (Phytophthora pinifolia)
serán investigadas a fondo por
científicos del centro de
Biotecnología y la facultad de
Ciencias Forestales junto a
empresas del sector.
El sector forestal representa el 72%
de las exportaciones de la región
del Biobío y el 3,8% del PGB del
país, generando 134 mil empleos
directos. Considerando el valor
económico que significa la actividad
forestal en Chile, la presencia de
patógenos agresivos, tienen efectos
negativos tanto en la producción de
madera como en las exportaciones,
lo que hace urgente el estudio de
las enfermedades y de su agente
causal.
Dos de las patologías forestales más
destructivas y a la vez menos
estudiadas que están afectando
viveros y plantaciones de Pinus
radiata en el país, son objeto de
estudio a través de los proyectos
Innova Biobío Desarrollo de
herramientas biotecnológicas para
el control de Fusarium circinatum
en viveros de Pinus radiata y la
iniciativa Epidemiología del daño
foliar del pino (DFP) y ciclo biológico
de P. pinifolia: bases para una
estrategia de control integrado. Ambos proyectos son dirigidos por el Dr.
Eugenio Sanfuentes, investigador del centro de Biotecnología, CBUdeC,
y académico de la facultad de Ciencias Forestales.
PROBLEMA EN VIVEROS
El hongo Fusarium circinatum fue detectado en Chile el año 2001 en
viveros forestales. Sanfuentes explica que, debido a lo insuficiente de los
controles químicos, la alternativa biológica surge como una buena posibilidad
en el contexto de manejo integrado de la enfermedad.
Pese a que se ha registrado una disminución en la incidencia de la
enfermedad, en los últimos años, debido a las medidas sanitarias
implementadas por los viveristas, ha ido aumentando la cantidad de viveros
en que está presente este patógeno causante de la enfermedad del cancro
resinoso; el objetivo del proyecto Desarrollo de herramientas biotecnológicas
para el control de Fusarium circinatum en viveros de Pinus radiata es
proponer el control biológico de esta patología mediante la utilización de
hongos o bacterias antagonistas.
La patología actualmente está circunscrita sólo a viveros y jardines de
setos. En ese sistema, dice Sanfuentes, el control biológico tiene mayores
expectativas de éxito.
“El control biológico, del punto de vista que utilizamos nosotros, se basa
en el uso de ciertos organismos (hongos y bacterias) para el control de
este patógeno. La idea es seleccionar hongos o bacterias que presenten
un potencial de control de este patógeno en condiciones de vivero y, en
el mediano plazo, poder formular un producto biológico comercial”,
señala.
Al tratarse de una enfermedad
nueva que ha llegado al país, donde
las plantaciones de pino radiata
alcanzan aproximadamente el millón
700 mil hectáreas, el potencial de
daño es importante. A ello se suma
el hecho de la dificultad de control;
en este momento hay medidas
cuarentenarias que aplica el Servicio
Agrícola y Ganadero (SAG), por lo
que además de la mortalidad
directa, ocurre un proceso de
retención de plantas, en caso de
que se detecte el patógeno que ya
existe en gran parte de los viveros
de la Región.
CONTROL DE LA
ENFERMEDAD
El proyecto presentado, en el que
participan también los
investigadores Homero Urrutia y
Catherine Sossa del centro de
Biotecnología, además de José
Becerra de la facultad de Ciencias
Naturales y Oceanográficas, se
encuentra en una primera etapa de
desarrollo, referida a la selección
de los antagonistas.
“Para ello tuvimos que colectar
estos hongos y bacterias en
diferentes ambientes: viveros
forestales, bosque nativo, cultivos
agrícolas... para tener una variedad
de organismos. Hasta el momento
tenemos cerca de dos mil hongos
aislados, y sobre mil bacterias.
Actualmente, estamos prontos a
terminar una etapa de selección in
vitro, en ambiente controlado, para
evaluar algún tipo de actividad de
esos organismos contra F.
circinatum”, explica.
Para septiembre esperan terminar
esa etapa en la que, supone,
seleccionarán cerca del 10% de los
organismos y con ello comenzarán
a realizar pruebas con plantas en
condiciones de invernadero para
determinar si esos antagonistas son
capaces de protegerlas y evitar que
mueran por efecto del patógeno.
Esa etapa se extendería hasta mayo
del próximo año para dar paso a
una fase en los viveros forestales,
trabajando con las verdaderas
condiciones donde el producto
debería funcionar.
El proyecto tiene una duración de
tres años y en él están
comprometidas las tres empresas
del grupo Arauco, Forestal Valdivia,
Celco y Bosques Arauco; Forestal
Mininco; Masisa; los viveros privados,
Los Olmos y Los Tilos, y la empresa
Controladora de Plagas Forestales
(CPF).
Se espera que el producto final
ayude al control de la enfermedad
en los viveros de pino radiata
localizados en la región del Bio-Bío,
otras regiones del país y
potencialmente en otros países.
NUEVO PATOGENO
Otro problema sanitario importante
que afecta al sector forestal es la
enfermedad de daño foliar del pino
(DFP), causada por la especie
Phytophthora pinifolia.
El objetivo del proyecto
Epidemiología del daño foliar del
pino (DFP) y ciclo biológico de P.
pinifolia: bases para una estrategia
de control integrado es entregar
antecedentes de la biología del
patógeno y la epidemiología de la
enfermedad, que permitan
establecer con mayor precisión las
bases para un manejo de la
enfermedad. [subir] |